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Reseñas


                  de  Pedro  Escribano,  quedaron  como  buenos   poemas, el personaje de la amada se plantea de
                  intentos  de integrar,  desde el sistema culto,   forma tradicional; es el interlocutor que asegura
                  motivaciones y problemáticas de índole popular.  el remanso pese a la exterminación: «“Si juntos
                  La publicación del segundo  poemario  de      nos vamos, / no importa que todo se acabe”»
                  Ávila Rubio,  tres  décadas después,  corrobora   (p. 22)  o es el interlocutor  al que el poeta se
                  lo  anterior,  pues  en  El poeta  y  el  sapo y  otros   dirige para advertir o corroborar determinados
                  poemas  (más  un  poema  cantinero)  (Lima:   saberes:  «Yo  /  soy un  imbécil, Cruz,  /  porque
                  Bracamoros,  2016; 87 pp.),  Ávila Rubio  se  ha   no puedo sino compararte  / con la belleza
                  colocado en la otra margen. Si La canción de   sencilla  / de estos geranios / que sobreviven
                  los topos mostró ser un libro orgánico y alejado   / al abandono» (p. 37); pero en otros textos la
                  del eurocentrismo en boga, El poeta y el sapo…   amada es el interlocutor al que confía diversos
                  invoca a las grandes fi guras y temas de la poesía   saberes: «Cruz, vale tener / estas orejas inmensas
                  de Occidente, y, al mismo tiempo, exhibe una   / y estos colmillos / enormes y curvos […]» (p. 32).
                  heterogeneidad en su composición interna, y el   Sin embargo, el personaje femenino encarna
                  volumen parece ofrecer trochas de sentido no   también  a  la mujer  que  se  dejó  de  admirar;
                  de uno sino de varios libros.                 confróntese  «Cleopatra»  (pp. 34-36)  o el ya
                  Esto último puede adivinarse en el título triádico   citado «De ninfa a graya», en el que el hablante
                  del libro, así  como en las  tres secciones que   subraya los efectos del tiempo en la visión hacia
                  reúnen un total de cuarenta y tres poemas. La   la amada: «Y eres ahora, / ya no ninfa que
                  primera y la última sección están integradas por   encanta, / sino hórrida Graya / y corro presa del
                  un poema cada una, y los otros cuarenta y un   terror» (p. 27). Asimismo, en el último poema, se
                  poemas se concentran  en la  segunda parte,   refi ere a  la  examada  con desencanto y  hasta
                  que se guarecen bajo el genérico  título de   resentimiento:  «dejé  de  esperarte,  víbora,  / y
                  «Otros  poemas». La segunda parte,  asimismo,   otros vientos me entregaron / un nuevo amor»
                  está  conformada por  cuatro  subsecciones:   (p. 87).
                  «Una y otra a la vez» (nueve poemas), «Mamut»   Sin duda, la parte más valiosa del libro es la
                  (nueve), «Ox» (dieciséis)  y «Shamatha» (siete   que corresponde a Ox, parte 3 de la segunda
                  poemas).                                      sección, «Otros poemas». La parte dedicada a
                  El libro se abre con el poema «El poeta y el sapo».   Ox está integrada por dieciséis poemas, de los
                  El hablante lírico se dirige al poeta recordándole   cuales seis son en prosa. En esta parte, se hallan
                  la necesidad de la espontaneidad de la poesía,   los poemas elaborados con mayor originalidad
                  en contraste con la voluntad de racionalizar el   y, con la excepción de dos de ellos, la gran
                  acto  poético  por  parte del sapo (el crítico,  el   mayoría sobresale por  su fuerza  expresiva y
                  público, los otros). En ese poema, se implica que   sintética. Ox es un personaje de inspiración
                  la racionalización es paralizante para el fl uir del   kafkiana. Es exterior  al hablante lírico, pero
                  poeta. Esta idea básica vertebra varios sentidos   también  interior.  Forma  parte  medular  de  la
                  de la mayoría de poemas; más aún, en algunos   condición humana. Aun  cuando el hablante
                  poemas, se ahonda y proponen variantes: por   lírico rechaza a Ox, le sirve y teme, y se parece a
                  ejemplo, no solo la racionalización, sino también   él y lo imita, muy a su pesar: «Mi rostro es así —mi
                  la sabiduría o  la formación  docente,  e  incluso   pensamiento también— porque Ox me obliga;
                  el mismo quehacer del poeta, cuando pule      y  yo,  tú,  él,  esclavos  cedemos…  Y  no  interesa
                  los versos obedeciendo a los estándares del   —oh, gran señor— lo que pensemos y sintamos»
                  manual o de la tradición, van en contra de la   (p. 51). Obedecer a Ox asegura el triunfo social:
          104     poesía, pues «la realidad es una y otra a la vez.   «Tú,  el / dios invisible  / a cuya esencia risible /
                  / Por ello, / la poesía puede verla mejor» (p. 21).   hanse creado  / estos bichitos / tan poderosos
                  Sin embargo,  esa propuesta, que parece ser   que  /  han  conquistado  /  todo  el  planeta»
                  primordial en el conjunto,  suele contradecirse   (p. 63). Es inútil oponerse a Ox, pues se encuentra
                  con ideas vertidas en otros poemas; por ejemplo,   en la naturaleza humana el legítimo derecho a
                  en «De ninfa a graya» (pp. 26-27),  el hablante   establecer un orden, crecer y progresar de forma
                  lírico da la razón al conferencista,  que diserta   individual;  Ox es el ego  sin compasión: «Nada
                  sobre los sentidos de los textos.             puedes hacer.  / Soy el Principio y el Orden»
                  Resultan muy interesantes  las tramas narrativas   (p. 66); «Mi lógica no es tu lógica, / y tu lógica no
                  que Ávila Rubio ha construido  en  los poemas.   soluciona nada de nada. // No hay alternativa.
                  Es importante señalar que, sin llegar a constituir   / Ven, sube a mi rueda esmeralda. Ven / o te
                  poesía narrativa, el hablante lírico informa de   destruyo / con / mis invisibles maneras» (p. 67).
                  personajes y eventos  como  si se tratara  de   Esa es la razón por la que en el último poema de
                  un narrador. A veces el hablante opta por el   esta parte, el hablante lírico se ha volatilizado y
                  poema en prosa, pero, sea en verso o en prosa,   ha asumido la voz y espíritu de Ox.
                  suele establecer peculiares relaciones entre
                  personajes e ideas narrativas.                                                Paúl Llaque
                  La primera de ellas es la que el hablante lírico
                  traza sobre sí mismo y las mujeres que amó. De
                  entrada,  el libro  se  abre  con  una  dedicatoria
                  amorosa: «A Victoria Cruz, mi otra orilla». En varios
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