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Reseñas
so. El relato concluye revelando a los lectores el
origen del graznido de las gaviotas y su atenta
mirada a lo que lo rodea.
Este detalle de la historia es la coartada per-
fecta para el uso plástico del lenguaje, como
lo apreciamos a continuación: «En la base del
acantilado donde rompían las olas, los negros
choros, las redondas lapas, los retorcidos cara-
coles y las inquietas estrellas de mar, se adherían
con deleite a las rocas, absorbiendo las partícu-
las de alimento que afl oraban de lo profundo
del mar; en la playa, donde llegaban pequeñas
olas coronadas de espuma, corrían incansables
los cangrejos, las arañas de mar y los muymuyes
al compás del ir y venir del mar. A lo lejos, los res-
plandecientes tonos de azul y verde del océano
y el cielo alegraban la vista de todos» (p. 11).
Además, resulta la jerarquía del lenguaje como
Reyes Tarazona, Roberto. Fábulas, leyendas y re- impronta indeleble para todo buen narrador: «el
latos del mundo andino. Lima, Universidad Ricar- valor de las palabras para crear un mundo dis-
do Palma, Editorial Universitaria, 2016. tinto al cotidiano, en donde el tiempo se suspen-
de y todo puede suceder» (p. 15).
Sociólogo de profesión, exintegrante del Grupo Un ejemplo de moraleja la hallamos en «Las viz-
«Narración» y docente universitario, Roberto Re- cachas y sus asesores» (p. 76). Aquí las vizcachas
yes Tarazona posee una trayectoria literaria no- buscan la ayuda de los zorrillos para enfrentar a
toria por la que ha merecido distinciones como los zorros y vencerlos para que no se vea diez-
el «José María Arguedas» (1973), el «Copé de mada su población. A cambio del apoyo los zo-
Plata» (1985); y la Orden de Mérito de Duarted rrillos piden como pago «grandes cantidades
Sánchez y Mella, en el grado de Gran Ofi cial por de maíz y camote» (p. 76). Luego los zorrillos
la República Dominicana en 2012. aconsejaron a las vizcachas cómo debían
Entre sus libros de cuentos están Infi erno a plazos enfrentar a sus rivales, pero los astutos zorros
(1978), En corral ajeno (1992), Selección natural también unieron fuerzas y diezmaron a las viz-
(2010), y entre sus novelas Los años verdes del cachas. Y entre reclamos de las vizcachas a
billar (1986) y El vuelo de la harpía (1998). Tam- los asesores y las peleas con los zorros una vez
bién tiene amplísimas disquisiciones de escritores más perdieron. Entonces «un grupo de jóvenes
sobre el cuento (La caza del cuento, 2004) y la vizcachas» «les demandaron la devolución de
novela (La caza de la novela, 2006), en dos vo- lo pagado» (p. 78). Ante el reclamo los zorrillos
lúmenes. prometieron devolver la paga, pero desapa-
Esta vez Reyes Tarazona presenta un amplio recieron sin dejar huellas. Así comprendieron
bestiario de seres reales universales, además de muy tarde «que nadie defi ende sus intereses
un repertorio de mitos locales de nuestra región mejor que uno mismo» (p. 78).
costeña, andina y amazónica. De esta manera Por otro lado, el origen de los primates y sus dis-
amplía la perspectiva de las fi cciones propias tintas variedades se pueden hallar en «El origen
del realismo urbano, de la cual es un connotado de los monos» (p. 93). Aquí una ardilla cuestiona 99
representante. al Espíritu de los bosques porque considera que
Los veintidós textos que componen Fábulas, le- «la selva era un lugar muy deprimente» (p. 93)
yendas y relatos del mundo andino se dirigen a y le invoca que le otorgue «algo para soportar
lectores diversos y sus propuestas narrativas des- mejor las penurias, oh Señor, como ocurre con
tacan las cualidades físicas o mentales de un las plantas, que luego de soportar la lluvia y la
animal para cerrar con alguna moraleja o expli- oscuridad se renuevan y reverdecen jubilosos
cación del porqué de la presencia de determi- una vez al año» (p. 94). Es así como el creador
nado animal y su restricción a un determinado modela a distintos tipos de primates con diversos
espacio físico. También de la lectura de ellos se colores, portes y caracteres propios. Pronto la
comprueba que el autor maneja con solvencia selva se llenó sonidos guturales que anunciaban
diversos recursos de la narración, pero por razo- pelea, mofa, juegos o simplemente «ganas de
nes de espacio nos limitaremos a señalar algu- vivir» (p. 96) y pronto «instauraron la alegría y la
nos aspectos que son relevantes en los diversos hilaridad en el escenario amazónico» (p. 96).
relatos. En suma, las historias relatadas por Roberto Reyes
Por ejemplo, en «Las aves cuentacuentos» Tarazona son un excelente motivo para apreciar
(p. 11) la astucia de la gaviota evita que sea ali- su excelente prosa porque sabe que la esencia
mento de una nutria distrayendo su interés por del relato radica en el buen uso del lenguaje.
deglutirlo con historias sobre personajes marinos
y de tierra que el animal marino desconocía Jorge Ramos Rea
hasta que la cazadora desaparece de improvi-