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Reseñas


                  espacio, el lenguaje, los personajes y las técni-
                  cas narrativas.
                  Como se conoce, y al  margen de la historia tan
                  llena de referencias a lo sexual y su apego a la
                  denuncia social, de manera declarativa y sin eu-
                  femismos metafóricos, lo novedoso (para algu-
                  nos, escandaloso) de la obra fue su agresividad
                  en el manejo del lenguaje. En esta línea, Ramos
                  Rea destaca el uso del lenguaje en sus dos po-
                  sibilidades,  dentro  de la novela: el totalmente
                  literario y el cotidiano. Sobre el particular afi rma:
                  «En el caso del “lenguaje literario”, “lenguaje re-
                  tórico”  decimos  nosotros,  destaca  el  lenguaje
                  del narrador y de algunos personajes, mientras
                  que el “lenguaje cotidiano”, cuyo medio es la
                  “jerga”, y la oralidad, tiene dos variantes: el de
                  la collera y el de Caradehumo con su soliloquio»
                  (p. 145).
                  De este último, Ramos Rea rescata ejemplos    Malpartida Besada, Mario A. El hombre  que in-
                  muy simpáticos y risueños. Algunos no son desci-  ventaba recuerdos.  Huánuco, Amarilis Indiana
                  frables para quienes no participan en el entorno   Editores, 2016.
                  (jamancio, manyo), mientras que otros pueden
                  ser comprensibles por el procedimiento sencillo   Una vez más Mario A. Malpartida Besada de-
                  que ha seguido la formación del vocablo, como   muestra ser un maestro creando imágenes.
                  aquellos que nos remiten a marcas de algunos   Estas van apareciendo desde los primeros ren-
                  productos y su asociación sonora con el signifi -  glones de cada relato. En «Hotel Riviera», la cu-
                  cado  de  trasfondo:  «―Y  le  dijo:  Amalie,  vamos   riosidad motivadora empieza cuando los per-
                  a mi Quáker. La muy puta contestó, ¿para Shell   sonajes –una pareja de esposos que realiza un
                  qué cosa? Para que me des tu Conchán.  No,    viaje de placer– al llegar al cuarto de hotel, ven
                  contestó, porque estoy en Esso y además tú eres   un pequeño lago sobre la cama, visión que les
                  Castrol» (p. 150). Ramos Rea sostiene que el res-  causa gran sorpresa y admiración. Se trata de
                  cate de este nivel de lengua «revela el afán de   una alegoría de fantasía que realiza una huidi-
                  creatividad de esos usuarios relegados y margi-  za trabajadora llamada Odette. A partir de di-
                  nales de la sociedad» (p. 151). En este caso par-  cho hallazgo se profundiza la trama que hace
                  ticular, la secuencia se refi ere al «interés sexual   recorrer  al lector por unas circunstancias cuasi
                  del hombre por la mujer», apunta Ramos Rea.   policiales, para descubrir, al fi nal, con asombro,
                  Con relación a las técnicas narrativas, sostiene:   quién es la tal  Odette.
                  «Las técnicas utilizadas  por Reynoso también   En «Clase de literatura»,  el motivo de la  trama
                  permiten ver a la vida como un mundo anárqui-  es una pregunta con la que un alumno sorpren-
                  co y fragmentario en que se hallan los persona-  de al profesor. La curiosidad aprisiona al lector,
                  jes de su novela. Pero junto con estas técnicas   quien desea saber con prontitud qué le respon-
                  existen otras en la obra como la alternancia múl-  derá el profesor al malicioso alumno. La incógni-
                  tiple, el encadenamiento y el monólogo interior»   ta tiene un efecto multiplicador, porque al avan-
           98     (p. 167). Y sigue el esquema desarrollado y ejem-  zar la lectura se van abriendo algunas puertas
                  plifi cado didácticamente.                    haciendo que el lector espere con cierta ansie-
                  Pero, más allá de una tesis y del uso de la ter-  dad el momento en que se irán cerrando.
                  minología técnica del caso, el autor desarrolla   En el cuento que da nombre al libro, «El hombre
                  su obra de manera sencilla y accesible para   que inventaba recuerdos», es la falsedad o ve-
                  todo lector, no necesariamente vinculado a la   racidad de la existencia de un paraje que Mar-
                  especialidad.  Contribuye a su comprensión  el   co Antonio Madueño,  personaje que aparece
                  atractivo de una novela de veras singular que,   en  los  tres  cuentos  y  cuyas iniciales coinciden
                  pese a sus cincuenta años, no pierde vigencia,    con las del autor, guardaba en su memoria des-
                  pues sigue siendo leída, comentada y por siem-  de el momento que abandonó su ciudad natal,
                  pre discutida y abierta para todos los públicos.   el motivo que inspira al creador de imágenes a
                  En octubre no hay milagros, indiscutiblemente es   tejer esa trama de fi ligrana que va conduciendo
                  un hito en la historia de la literatura peruana. Su   al lector por los tiempos y espacios que, alguna
                  relectura  nos  permitirá  confrontar  críticamente   vez, él había recorrido –real o imaginariamente–
                  los aciertos de este libro de Jorge Ramos Rea.  antes de su viaje a una ciudad que lo retuvo de
                                                                por vida y de donde habría regresado casual-
                                    Mario A. Malpartida Besada  mente después de muchísimo tiempo.
                                                                En suma, tres cuentos con tres instancias diferen-
                                                                tes en la vida del mismo personaje.

                                                                                         Raúl Vergara Rubín
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