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Reseñas
plo, el desdoblamiento del músico, al que se le pues la línea temática sigue siendo la misma y no
aconseja no ingresar a su alcoba donde recién dejan de sumergirnos en nuestra condición huma-
acaba de fallecer: «Pero no entres / no deberías na: «El cuerpo enfundado / en maligno abrigo /
entrar / las cortinas están cerradas / y hay una deviene / en cuervo o cuerpo / el cuerpo y su abri-
oscuridad / como la del fondo de tu ser / lo inex- go / negro / no cuervo / no cuerpo / solo / vuelo
tenso / un declinar sin parpadeos / y ni siquiera de cuervo / el cuerpo / así / ni casa / ni cuervo /
la esperanza de la melancolía / … un olivo / … suman / casa más cuerpo / ni en el cuerpo / que
un pájaro mudo / … un día domingo». Fluye en es la casa/ ni en la casa / que es el cuerpo».
todo momento una atmósfera sugerente que di- Una hoguera bajo el agua es un poemario madu-
fumina los espacios de la escritura, dándole una ro, macerado con una palabra honda, de ritmo
mayor intensifi cación a lo evocado. sostenido y contrapuntístico, capaz de dejar en el
En el poema 7, el personaje loco se enfrasca en lector más riguroso una sugestión íntima, que tinti-
un diálogo alucinado con el doctor que escu- nea en la atmósfera del poemario, con los sonidos
cha al paciente desvariar en su pasión por el de la infancia, de la música, de la orfandad y la
otoño: «y era precisamente durante los otoños / locura, de la remembranza y la muerte, estancias
en que sonreía más / bajo este santo cielo bajo desarrolladas con maestría poética, y en donde
y gris / era feliz una felicidad redonda / como la Víctor Guillén da cuenta de la soledad que pade-
primera letra de la palabra otoño / mi mes pre- ce el hombre contemporáneo.
ferido / como se lo dije / pero de pronto / sabe
usted / fui perdiendo poco a poco mi sonrisa Antonio Sarmiento
/ hasta que un día / desapareció por comple-
to / y desde entonces llevo este gesto adusto
/ que usted mira en estos momentos/ […]/ ¡ah!
/ y a propósito de los otoños / dígame doctor
Medina/ ¿cuántos días faltan para el otoño?».
Como se ve, el vate usa los recursos narrativos
con cláusulas dialogadas para redondear la co-
municación; sabe dosifi car su palabra de acuer-
do con las particularidades temáticas de cada
poema; no se extasía en el pleno lirismo y las
angustias del ser; hay composiciones que con
cierto humor rompen la atmósfera dramática
que encontramos en otros textos, permitiendo
así la distención o relajamiento del lector, como
en el poema 8, que relata la vuelta del espectro
a casa. A pesar de que se recuerda la grave-
dad de su muerte, el desenlace de los aconte-
cimientos son muy graciosos: «ya que si en vida Ávila Rubio, Mario J. El poeta y el sapo y otros
fue su vivienda / ¿por qué no ha de serlo hoy / poemas (más un poema cantinero). Lima,
cuando usted ha viajado / tantos años luz/ para Editorial Bracamoros, 2016.
estar aquí?». El músico moriría a causa de una
caída violenta cuando se enredó con su abrigo: En su primera incursión lírica, Mario J. Ávila
«Ahora que usted ha retornado / trayendo todo Rubio (Rodríguez de Mendoza-Amazonas,
ese aire espectral a la casa / y si le incomoda 1960) se ubicó en una tendencia contestataria 103
la presencia del abrigo negro / no se preocupe de la poesía peruana de los años ochenta. La
que lo descuelgo / del perchero en donde luce canción de los topos (1985) se inscribió en una
su magnífi ca hechura / ¡imagínese! / ¡como si no corriente alejada de las más visibles y celebradas
tuviese culpa de nada! y lo obsequio al primer en el sistema literario culto: el subjetivismo
ropavejero». individualista, que actualizó las inquietudes
Se cuela por entre los intersticios de los poemas centrales del sujeto moderno de las grandes
una cadencia, una sutil melodía que podríamos urbes, y la poesía escrita por mujeres, que
aproximarlo al jazz, que para Cortázar «era una reivindicó la sexualidad femenina como legítima
música que permitía todas las imaginaciones». expresión de inserción frente a la sociedad. En esa
En Una hoguera bajo el agua, hay poemas que otra opción poética, caracterizada por apelar a
están llenos de imágenes y sonidos del jazz. El la visión colectiva, coral o popular del hablante
número 11 es un homenaje a la música, y el 16 y lírico, o a motivos signifi cativos de la tradición de
el 17 bien pueden ser vistos, como dicen los enten- la provincia o del campo, Ávila Rubio no estuvo
didos, como una «impresionante jam sesión en soli- solo. Sin embargo, sea porque esa corriente no
tario, un batido de free jazz plasmado en palabras, contó con una tradición de apoyo en la poesía
donde el argumento es solo un pretexto para im- peruana, sea porque los logros individuales no
provisar, para ir recreando, cambiando de escala alcanzaron la madurez necesaria en nuevos
según viene al caso, insertando notas disonantes poemarios, la opción contestataria se difuminó
si le apetece». Dichos poemas son atípicos por su prematuramente, y libros como el citado La
registro abigarrado; sin embargo, no desentonan, canción de los topos o Manuscrito del viento,