Page 19 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González



               Isabel de Vargas: (La lorita, así le decían mis padres) Un anillo y una “perra”... para
            agua
               Humberto González: Dos overoles y una cadena de oro
               Raquel de Reina: (Mi madrina Raquel, así le decía mi madre) Un ramo de rosas y un
            vestido blanco
               Emelia Rozo: (La abuela paterna) Un juego de ropa interior
               Isidro Casallas: Una cuna en mimbre
               La señora Uva: (Mi madrina uva, así le decía mi mami) Un juego de vestidos (saco y
            pantalón corto)
               Carmen Segura: (Vecina del barrio Egipto) Un saco con patines y capota
               Beatriz de García: (Aquella la esposa del aquel) Un saco-abrigo cruzado
               Guillermo Sánchez: (El moncho, así le decía mi papi) Un álbum fotográfico
               Amanda Casallas: Un esquimal, vestido blanco, boticas y medias, se fajo mi madrina
               Idelfonso y Sofía: Ajuar de esquimal de lana blanca, cardado, ropa interior, zapatos,
            botas de cremallera blancas, ellos sabían que no me volverían a ver
               Leonidas Chávez: Abrigo flanel blanco en paño
               Helena de París: Botas blancas y medias blancas
               Leonor Álvarez: (Mi madrina Leonor, así le decía mi mami) Un juego de cepillo de
            dientes y vaso
               Cecilia Santander: (Con los años me entere de que fue la eterna novia de mi padrino
            Leonidas) Un álbum foto gráfico
               Isabel Forero: (Compañera de trabajo de mi papi) Un perrito de cuerda
               Fanny de González: Juego de jabón, aceite y talcos
               Juan Jiménez:(Compañero de trabajo de mi papi) Un juguete  de cuerda
               Mis padres: La fiesta y agenda “Recuerdo de nuestro bebe”, de donde he sacado to-
            dos los datos que me han servido para contarles este episodio, ya que después de 67
            años, todavía esta intacta, cuando quiera se la muestro.


               Hasta aquí me acuerdo de regalos e invitados. Ya eran como las 8 de la noche y es-
            taba agotado, el ponque, vino, champaña, brandy, plato frió, cerveza, dulces, sándwich,
            pafolios (tarjetas de invitación impresas especialmente para el acontecimiento) ya todo
            se había agotado. Las fotografías del suceso (tomadas, reveladas e impresas por mi
            padre en su laboratorio fotográfico) que nunca podremos volver a ver porque se perdie-
            ron. Cuando recuerdo mi bautizo se me pone la carne de gallina, fue espectacular, lo
            olvidaba, no hubo música ni baile, debido al reciente duelo por la muerte de la abuelita
            Dolores.


               Ahora es momento de disfrutar de un ajiaco santafereño con arroz blanco, sin alcapa-
            rras ni crema de leche (que no me gustan), pero con una pechuga de pollo y de sobre-
            mesa, que tal un sifón rubio en jarrón...? Ahh....! Que ricooo....!

               Ahora si continuemos que esto se puso bueno.






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