Page 14 - Edición Marzo Mes de la Mujer - Mandrágora
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"Nadie en esta vida nos pertenece", es lo que dicen los viejos, pero tú estás en la otra,
eso significa que cuando yo esté ahí
¿Podrás ser mía para la eternidad?
Tus vídeos deben estar cansados de tanta repetición, y me tendrán que perdonar,
pero quiero que tu voz jamás se borre de mi memoria.
Ni siquiera las fotos que me dejaste sirven para consolar el vacío que provocaste.
Debiste pensar en un mejor plan de partida, Churonita.
Quisiera estar escondida bajo tu escritorio riéndome, suponiendo que no sabes dónde
estoy, pero en realidad lo sabes y estás fingiendo para que yo disfrute de mi inocente
juego.
Quisiera acomodarme en tu cama para que me abraces pese al intenso calor de la
mañana, y escuchar la forma en que le pides a tu Negrito que prepare el desayuno.
Quisiera estar en tu cocina seleccionando los ingredientes para preparar nuestras
deliciosas empanadas, sabiendo que siempre cambias la receta para mejor
degustación.
Quisiera abrazarte llorando para contarte lo complicada que es mi vida, escuchar tu
pacifica voz entonada con sabias palabras, queriendo hacerme entender que todo es
parte de madurar, y saber que ambas aprovechamos el momento para conectar
nuestros sensibles corazones.
Quisiera entrar por la puerta de la casa y gritar tu nombre hasta que me respondas: -
¡Hola amores! - para subir corriendo las gradas y ponernos al día en los "chismes",
acompañadas de cafecito.
Quisiera que disfrutes por última vez con alguna de mis torpezas y que estés
avergonzándote públicamente con mis extraños acentos que terminaban en
prolongadas risas.
Pero tranquila, todos los "Quisiera" son tuyos, los guardo para tí, para cuando
vuelvas a ser mía.
Esto no te va a gustar, pero todos los días esta mente traidora me trae la esperanza de
tu presencia, como si existiera la posibilidad de marcar tu número para oírte decir
que vendrás por mí. Sé que esto no te va a gustar porque me enseñaste a dejar ir,
pero no especificaste que prontamente tendría que aplicarlo contigo.
Y... Perdona mi reclamo, solo que aún no sé cómo vivir sin tí.
¿Por qué no te quedaste conmigo?
A la mujer que me enseñó a "pararme bien", con los puños en alto, para poder defenderme.