Page 136 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
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RASSINIER : La mentira de Ulises
radiante, iba a cualquier campo de concentración para ver azotar ( ) en serie a
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los presos políticos.» (Página 24.)
o como la siguiente:
« La señora Kock, que antes había sido taquigrafa en una fábrica de
cigarrillos, a veces tomaba baños en vino de Madeira que era vertido en una
bañera,» (Página 266.)
que abundan a cuenta de todos los grandes personajes del régimen nazi y que crean excelentes
efectos de sadismo. Ellas me parecen depender del mismo estado de espíritu que llevó a Le
Rire a publicar, en septiembre de 1914, una fotografia del niño con las manos cortadas; a Le
Matin del 15 de abril de 1916 a presentar como un paranoico canceroso, al que sólo le
quedaban como máximo unes meses de vida, al emperador Guillermo II, que acabó sus días,
unos veinte años después, en un retiro dorado cerca de Hammerongen, y a Henri Desgranges
en L'Auto en septiembre de 1939 a burlarse de un Goering al que le faltaba jabón blando para
lavarse. La vulgaridad del procedimiento sólo es igualada por la credulidad popular y la
imperturbabilidad con la cual, aquellos que lo emplean, repiten sus historias respecto a todos
los enemigos en todas las guerras.
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!Si se ocultaba el «potro» de Buchenwald al jefe de la Policía de Weimar, es poco probable que se le enseñase a
su ministro!
Joseph Kessel, sabiéndolo por el Dr. Kersten, nos dice por otra parte que «el jefe supremo de los verdugos, el
maestro de los suplicios, no soportaba la visión de los sufrimientos ni de una gota de sangre». (Las manos del
milagro, pág. 163).
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