Page 51 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
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RASSINIER : La mentira de Ulises
al final de las filas la cabeza del cadáver contra el suelo. De vez en cuando, se oye decir en el
campo que un desdichado del Steinbruch, al recibir un puñetazo, se ha tambaleado y ha caído
en la machacadora, o en la hormigonera, que ni siquiera se han parado.
También hay comandos que son mejores: todos los que
[91] componen la administración del campo, el Lagerkommando, el Holzhof, la Bauleitung,
los Schwung.
En la «Effektenkammer», se lleva la contabilidad de las ropas recogidas a los detenidos
al entrar en el campo, y se las mantiene en estado de limpieza: es descanso absoluto.También
es lucrativo: de vez en cuando, se puede robar un pantalón, un reloj, una pluma estilográfica,
que son un valioso medio de cambio por alimentos. En la «Wascherei», se lava la ropa que
cambian los detenidos en teoría cada quince días. Se está a cubierto, con calor, y se tienen
también no pocas facilidades para procurarse comida. En la «Schusterei», se reparan los
zapatos, en la «Schneiderei», se recomponen los vestidos y la ropa blanca desgarrada, en la
«Küche»...
El major comando es indudablemente el de la cocina o «Küche». No se escatima la
comida a los que forman parte de él, y el trabajo no es duro. En primer lugar , tienen la ración
general, que reciben en el bloque antes de ir a trabajar. En el mismo lugar del trabajo, reciben
oficialmente una ración suplementaria. Luego, cada vez que tienen hambre, pueden tomar y
comer de los víveres que manejan. Finalmente, rouban para proporcionarse tabaco, calcetines,
ropas, favores. Además, están exentos de formaciones. Llevan la vida de los cocineros de
regimiento. Se precisa cierta influencia para lograr hacerse integrar en el «Küchenkommando»:
los franceses no tenemos acceso a él, los puestos están reservados a los alemanes, checos y
polacos.
En el mismo orden, están la «Arbeitsstatistik» y la gente del «Revier». Ninguna
formación para los unos ni para los otros. Los golpes no son usales. En la Arbeitsstatistik, se
hace un trabajo de oficina, se come cuando se tiene gana porque aquellos a los que se ha
puesto a cubierto pagan en especies, se está bien vestido por el mismo medio, se tiene tabaco
a voluntad. He conocido a dos franceses que lograron introducirse en la Arbeitsstatistik, los
demás eran alemanes, checos y polacos como en la cocina.
En el «Revier», hay médicos, Pfleger y Kalfaktoren; los primeros diagnostican, los
segundos cuidan, los otros mantienen en estado de limpieza. Como suplemento, un montón
de escribientes, generalmente antiguos enfermos, que comen lo que quieren, no trabajan, por
así decirlo, y no son golpeados.
Viene a continuación el «Lagerkommando», comando de mantenimiento del campo.
Están asignados a él los individuos
[92] considerados de salud delicada: esto en principio. De hecho, están en él todos los
enchufados, los favoritos de los Kapos y de los Lagerschutz, aquellos que tienen un amigo
influyente en la enfermería o en la cocina, los que reciben buenos paquetes. El
Lagerkommando provee todos los servicios de recogida de papeles, de barrer, de pelar en la
cocina de la S.S., los servicios de los internados y de los trabajadores libres de los
alrededores, sustenta la «Altverwaltung», o sección de aprovechamiento de las cosas viejas. Al
principio, cuando el campo era todavía pequeño, y el comando le era proporcional, éste era un
puesto muy solicitado. Después, la situación sólo fue sostenible para los favoritos, pues el
Lagerkommando llegó a abarcar centenas y centenas de individuos, de entre los cuales se
extraía para completar los comandos deficitarios en material humano.
También otros dos comandos son solicitados: los de la «Tabakfabrik», y la
«Zuckerfabrik». Ambos van a trabajar a Nordhausen y son transportados en camiones. Por la
noche, vuelven, los del primero, con los bolsillos llenos de tabaco, que cambian por pan o
sopa, los del segundo saciados de azúcar. Después un bercer comando fue destinado a los
mataderos de Nordhausen, que fue el que introdujo en el campo el comercio de la carne.
Tener un comando bueno o malo es una cuestión de suerte que las relaciones en la
Arbeitsstatistik favorecen poderosamente: la caza del buen comando es la preocupación de
todos los detenidos y se hace permanentemente con el empleo de las armas y de los medios
más incompatibles con la dignidad humana.
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