Page 53 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
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RASSINIER : La mentira de Ulises
el rendimiento es escaso: se emplean diez hombres, que trabajan por fuerza, donde bastarían
uno o dos que lo hiciesen de buena voluntad. Lo más difícil consiste en aparentar siempre que
se trabaja, estar de pie continuamente, tomar aspecto atareado, y sobre todo vivir en este ruido
y en estas emanaciones, recibiendo el aire del exterior, muy escasamente, a través de unos
pocos y malos tubos de aireación.
A mediados de marzo, por petición de Zavatzky, que quería suprimir, según su
opinión, una de las causas esencia]es del mal rendimiento, los comandos del túnel empezaron
a subir a la luz del día para tomar la sopa en el campo en vez de llevarla al interior. A finales
de abril, comienzo de mayo, el equipo del terraplén había levantado casi todos los bloques
previstos hasta el número 132: se decidió que no durmiese nadie en el túnel, todos los
comandos volvieron a subir y en lo sucesivo no descendieron más que para trabajar, es decir
12 horas por día.
Es preciso decir, para terminaer, que también hay población civil empleada en las
diversas fábricas del túnel. En abril de 1945, son de 6.000 a 7.000: alemanes como maestros
de taller, y los
[95] S.T.O. o voluntarios procedentes de todas las naciones de Europa. Ellos están agrupados
en comandos, viven en un campo situado a dos kilómetros de Dora, trabajan diez horas
diarias, reciben elevados salarios y una manutención poco variada, pero sana y abundante. En
fin, son libres en un radio de 30 kilómetros: más allá necesitan un permiso especial. Entre
ellos , hay muchos franceses que se mantienen a distancia de nosotros y en cuyos ojos se lee
continuamente el miedo que tienen a participar un día en nuestra suerte.
* * *
31 de marzo de 1944. Desde hace ocho días, los Kapos, los Lagerschutz y los jefes de
bloque están especialmente irritados. Varios presos han muerto bajo los golpes: se han
encontrado piojos no solamente en el túnel sino también en los comandos del exterior y la
S.S.-Führung ha hecho responsable de este estado de cosas a la H-Führung. Por añadidura, ha
hecho un tiempo espantoso durante todo el día: el frío es más riguroso que de costumbre, y
una lluvia glacial entremezclada con chaparrones, ha caído ininterrumpidamente. Por la noche,
llegamos a la plaza helados, empapados y hambrientos hasta tal punto que no se sabría
describir. ¡Confiemos en que la formación no dure demasiado! Mala suerte: a las diez de la
noche estamos todavía de pie, bajo los chaparrones, esperando el ¡Rompan filas! que nos
liberará. Al fin llega, se acabó, vamos a poder tomar de prisa la sopa caliente y dejarnos caer
sobre la paja. Llegamos al bloque: limpieza del calzado, después, manteniéndonos fuera con
una indicación, el jefe de bloque, de pie en el borde de la puerta, nos echa un discurso. Nos
anuncia que, como se han encontrado piojos, va a ser desinfectado todo el campo... Se
comenzará esta noche: cinco bloques, entre los que se encuentra el 35, han sido designados
para pasar a la desinfección. En consecuencia, no tomaremos la sopa hasta después de la
operación. Nos indica las formalidades a las que tendremos que someternos, y pasa a su
ejecución.
-- Alles da drin! – Entramos en el comedor con el calzado en la mano.
-- Ausziehen! – Nos desnudamos, empaquectamos nuestras ropas, con el número
visible.
-- Zu fünf! – Estamos aterrados.
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-- Zu fünf! – Obedecemos. Los Stubendienst, que llevan nuestras ropas en unas mantas,
nos rodean, y completamente desnudos, en el frío, bajo la lluvia y la nieve, tomamos la
dirección del edificio en que vamos a ser desinfectados: hay que atravesar unos ochocientos
metros.
Llegamos. Los otros cuatro bloques, desnudos como nosotros, se apretujan ya en la
entrada: sentimos descender la muerte sobre nosotros. ¿Cuánto tiempo va a duror esto?
Estamos aquí alrededor de un millar, completamente desnudos , tiritando en el frío húmedo
de la noche, que nos penetra hasta los huesos, apretándonos contra las puertas. No hay manera
de entrar. Sólo se puede pasar de cuarenta en cuarenta. Se producen atroces escenas.
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