Page 49 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
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RASSINIER : La mentira de Ulises
de la colina. Una estrecha vía férrea en forma de elipse, cuyo diámetro mayor será de unos 800
metros, está colocada allí, en declive. Dos convoys de ocho vagonetas voIquetes, arrastrados
por una locomotora de petróleo, forman una especie de circuito perpetuo sobre los raíles.
Mientras 32 hombres – cuatro por vagón – cargan el convoy que se encuentra en la cima, otros
32 descargan el que se encuentra al pie, teniendo cuidado en poner a nivel las masas de tierra.
Cuando el convoy vacío llega a la cima, el otro debe partir cargado: cada veinte minutos.
Generalmente, la primera salida se logra en el tiempo previsto. En la segunda, hay retrasos
que provocan los gruñidos del Meister, del Kapo y de los Vorarbeiter. En la tercera, el
convoy vacío está allí cinco minutos antes, y harán falta otros cinco antes de que esté
dispuesto para partir: el Meister sonríe irónicamente y se encoge de hombros, el Kapo grita y
los Vorarbeiter se lanzan sobre nosotros. Nadie se deja engañar por la galopada. El retraso
aumenta con el tiempo, por lo que llegan a hacer falta tres hombres para apalear a los treinta y
dos, y, a partir de este momento, no se volverá a ganar el tiempo perdido, el trabajo está
desorganizado para el resto del día.
En el cuarto viaje, nuevo retraso, nuevas galopadas. En el quinto, el Kapo y los
Vorarbeiter comprenden que no se puede hacer nada, y se cansan de golpear. Por la noche, en
vez de los treinta y seis viajes previstos a razón de tres por hora, se llega trabajosamente a un
total de quince o veinte.
Mediodía: se distribuye medio litro de café caliente en el mismo lugar de trabajo. Se
bebe de pie y se come el resto del pan, de la margarina y del salchichón distribuidos por la
mañana.
Doce y veinte: comienza de nuevo el trabajo.
Por la tarde, se arrastra el trabajo. Los hombres, hambrientos y helados, apenas tienen
fuerzas para mantenerse en pie. El Kapo desaparece, los Vorarbeiter se ablandan, el propio
Meister parece comprender que no se puede sacar nada de estos guiñapos que somos, y deja
pasar. Hacemos como si trabajásemos: también
[88] resulta penoso, pues hay que frotarse las manos, mover los pies para combatir el frío. De
vez en cuando, pasa uno de la S.S.: los Vorarbeiter, al acecho, le ven venir de lejos y le
señalan: cuando llega a la altura del comando, cada uno está efectivamente en su tarea. Habla
unas palabras con el Meister:
1
-- Wie geht's? ( )
Un descorazonado encogimiento de hombros le responde:
-- Langsam, langsam. Sehr langsam! Schauen Sie mal diese Lumpen: was soll man
2
mit ihnen machen? ( )
El de la S.S. encoge a su vez los hombros, gruñe y pasa o bien según su humor, se
desata en insultos, distribuye al azar algunos puñetazos, amenaza con su revólver y abandona
el lugar. Cuando está fuera de alcance, el comando se detiene de nuevo.
-- Aufpassen! Aufpassen! ( ) – dice el Meister casi paternalmente.
3
Las seis de la tarde llegan con un relajamiento general.
4
--Feierabend ( ) – dice el Meister.
El Kapo, reaparecido un momento antes, reúne a sus hombres para colocar las
herramientas, lanza algunos gritos que estimulan a los Vorarbeiter, y distribuye algunos
golpes: retorno a la disciplina por el terror.
Las seis cuarenta: el comando toma la dirección del campo, en filas de a cinco,
marcando el paso. A las siete, formados por bloques y no por comandos, esperamos de nuevo,
tiritando y con los pies en el barro, a que estos señores hayan acabado de contarnos: esto dura
dos o tres horas.
Entre las ocho y las nueve, llegamos al bloque. En la entrada está un Stubendienst, con
la porra en la mano: hay que descalzarse, lavar los chanclos, entrar llevándolos en la mano, y
sólo si han sido considerados como limpios. Al pasar al comedor, hay que dejarlos en filas,
luego tender la escudilla en la que otro Stubendienst sirve, teóricamente, un litro de sopa, y
comer de pie en una algarabía inenarrable. Cumplidas estas diversas formalidades, un tercer
Stubendienst autoriza a volver al dormitorio, donde podemos tumbarnos hacinados sobre un
1
¿Qué tal va?
2
¡Lento, lento, muy lentamente! Mire estos granujas, ¿qué se puede hacer con ellos?
3
¡cuidado! ¡Cuidado!
4
Descanso.
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