Page 62 - Rassinier Paul La mentira de Ulises
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RASSINIER : La mentira de Ulises
en declarar que nunca habían visto un animal semejante. Una revolución de palacio en la H-
Führung de Natzweiler determinó su envío a Buchenwald, de donde fue reexpedido a Dora
como hombre de confianza de los comunistas y Kapo de la enfermería.
En Dora, Pröll se porta como los otros Kapos, ni major ni peor. Inteligente, organiza
la enfermería salida del apostolado del holandés, que le considera a pesar de todo como una
valiosa ayuda por su competencia. Ciertamente, no obedece siempre los mandatos morales de
la medicina: es brutal y, en la composición del ejército de Pfleger que precisa para asegurar la
marcha de la empresa, prevalecen las referencias políticas sobre las profesionales. Es así como
el herrero Heinz, que era comunista y había logrado infiltrarse en la enfermería ya bajo el
reinado del Kapo verde, como Oberpfleger o enfermero mayor, gozó siempre de su total
confianza, frente a la opinión de los médicos. Así es como prefiere siempre a no importa gué
mozo de cuerda alemán, checo,
[110] ruso o polaco, en vez del estudiante de medicina del que sabe que sus opiniones
políticas no concuerdan con las de él. Tiene una gran admiración por los rusos y cierta
debilidad por los checos que, según él, fueron abandonados a Hitler por los anglosajones y los
franceses, a los que desprecia. Pero es un organizador de primera clase.
En menos de un mes, la enfermería está ordenada bajo los principios de los grandes
hospitales: en el bloque 16, la administración, las entradas y los cuidados urgentes; en el 17 y
en el 39, medicina general, nefritis y neuritis; en el 38, cirugía; en el 126 pulmonías y
pleuresías; en el 127 y 128 los tuberculosos. En cada bloque hay un médico responsable,
asistido por un Oberpfleger en cada sala un Pfleger para los cuidados y un Kalfaktor para
diversos servicios. Para los enfermos hay literas de sólo dos pisos con jergones de viruta de
madera, sábanas y mantas. Hay tres regímenes alimenticios: el "Hauskost" o alimentación
semejante en todo a la del campo, para los enfermos que no estén afectados en las vías
digestivas; el "Schleimkost" o sopa fina de sémola (sin pan, margarina ni salchichón) para
aquellos cuyo estado requiera dicta; y el "Diatkost" que consiste en dos sopas diarias una de
ellas azucarada, pan blanco, margarina y confitura pará los que tienen necesidad de un
fortificante.
No se puede decir que en la enfermería se esté muy bien cuidado. La S.S.-Führung sólo
concede unos pocos medicamentos y Pröll sustrae del cupo todo lo necesario para la H-
Führung no dejando filtrar a los enfermos más que aquello de lo que ella no tiene necesidad.
Pero se duerme limpio, se reposa y la ración alimenticia, aún en el caso de que no sea de
mejor calidad que en el campo, es siempre más abundante. Pröll limita el cumplimiento de su
oficio de Kapo a una visita diaria, que acompaña con algunos gritos y golpes distribuidos
generosamente entre el personal y los enfermos cogidos en flagrante delito de transgresión de
los reglamentos de la enfermería. La vida que se lleva en ella contrastaría con el régimen que
impera en el resto del campo si el Pfleger y el Kalfaktor, tanto por celo y fidelidad a las
tradiciones como por temor al Kapo, no pusiesen toda su voluntad en procurar hacerla
intolerable.
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* * *
Todas las noches, después de pasar lista, se organiza una barahúnda en la entrada del
bloque 16. Este comprende, además del aparato administrativo de la enfermería, una "Aussere
Ambulanz" y una "Innere Ambulanz". La primera presta los cuidados inmediatos a todos los
enfermos o accidentados que no cumplan las condiciones requeridas para ser hospitalizados, la
última decide, tras un examen, la hospitalización o no de los otros.
Salvo la gente de la H-Führung, todos los habitantes del campo están enfermos y, en
el mundo normal, todos estarían hospitalizados sin excepción y sin dudas, aunque sólo fuese
por debilidad general extrema. En el campo todo sucede de otra forma, la debilidad general no
cuenta. Sólo se cuida lo que excede de lo común, y aun bajo ciertas condiciones
extraterapéuticas, o bien cuando no hay medio de hacerlo de otro modo.
Cada preso es, pues, un cliente más o menos asiduo de la enfermería: ha sido preciso
establecer un turno que vuelve de nuevo, por término medio, cada cuatro días.
En primer lugar están los furúnculos. Todo el campo supura, la furunculosis,
consecuencia de la falta de carne y de legumbres frescas en la alimentación, hace estragos en
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