Page 219 - Mahabharata
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Libro 3

                                               En el bosque


                                                  (Vana Parva)










                                                         Capítulo I
                                             EL BOSQUE DE KAMYAKA

                    OS pandavas viajaban rápido. Parecía como si el único pensamiento que hubiera
               L en la mente de Yudhisthira fuera alejarse de Hastinapura tan rápido como pudiera.
               Llegaron a las orillas del río Ganges. Allí había un pequeño refugio campestre llamado
               Pramanavata. Pasaron el resto del día y también la noche en aquel refugio. No tenían
               comida, tan sólo bebieron las aguas puras y dulces del río Ganges, eso era todo lo que
               poseían. Con sus cuerpos fatigados hasta el límite, los príncipes y Draupadi pasaron una

               noche dolorosa bajo las sombras de los árboles: Así transcurrió la primera noche de su
               exilio. Les habían acompañado varios brahmanes, a pesar de que Yudhisthira les pidió
               que no lo hicieran, los cuales también pasaron la noche con ellos en Pramanavata.
                   La noche pasó y por la mañana, Yudhisthira se dirigió a los brahmanes y les dijo:
                   —Hemos sido desterrados al bosque, donde viviremos durante doce años. Tenemos
               que cazar para comer; tenemos que vivir de frutos, raíces y otras cosas y no podemos
               agasajaros como lo hubiéramos hecho en Indraprastha. No os será fácil vivir en el bosque,
               así que, por favor, volved a la ciudad y abandonadnos a nuestro destino.
                   Pero los brahmanes estaban decididos y rechazaron volver a la ciudad, no querían
               abandonarlos. Estaban dispuestos a compartir todas las dificultades con los pandavas.
               Yudhisthira se sentía muy infeliz, porque no tenía medios para alimentar a los brahmanes
               que le habían seguido, y habló con sus hermanos y su guru Dhaumya al respecto.
                   Dhaumya le sugirió que debería pedir ayuda al Sol, diciéndole:

                   —El Sol es el Señor de toda la comida y todas las riquezas de esta tierra. Si le adoras
               y le pides ayuda, es seguro que te favorecerá.
                   Yudhisthira adoró al Sol poniendo todo su ser en ello, en total concentración sin comer
               ni dormir. El Sol estaba contento con sus ruegos y se le apareció en persona diciéndole:
                   —Estoy complacido contigo y tu deseo de agradar a otros. Ya que estás decidido a
               realizar esta penitencia por esta única razón, te daré comida durante estos doce años.


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