Page 161 - Arquitectos del engaño
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Esta red debe funcionar como "una especie de sociedad secreta al descubierto... una francmasonería informal
y al descubierto". Que influenciara y dirigiera al gobierno existente en todas las formas imaginables. La
'conspiración al descubierto' debe estar basada en las ideas de Darwin.
Wells destacaba: "Todos estos valores obsoletos y actitudes con las que se distraía a nuestras mentes
deben ser eliminados si la nueva fe tienen que tener vía libre. Los debemos eliminar no sólo de nuestra
propia mente, sino de las mentes los otros que deben convertirse en nuestros socios".
Wells consideraba necesario que 'la conspiración al descubierto' utilizara este tipo de lavado de
cerebro con la gente joven, para crear "mejores" personas con la ayuda de la psicología de masas. Lo llamó
"lucha cultural".
La idea de la conspiración al descubierto, según Wells, es para matar el alma humana, para destruir la
conciencia y la moral humanas y convertir a los seres humanos en criaturas sin voluntad. La conspiración al
descubierto le quitaría al hombre su valor, ya que se le privaría de libertad y lo convertiría en un objeto de un
imperio mundial. La consecuencia de esta conspiración sería reducir la capacidad cognitiva del hombre para
impedirle ver la horrible locura de los psicópatas masónicos.
La gente está siguiendo a los masones como si estuvieran encantados, como el equipo que seguía al
diabólico capitán Ahab, que estaban divorciados de la realidad, persiguiendo fanáticamente la fantasmal
ballena blanca, Moby Dick. Finalmente, permitió que se perdiera la nave, ya que la mayoría de la tripulación
no se atrevía a cuestionar a Ahab y la minoría eran incapaz de resistirse. Todos ellos estaban embelesados.
Wells admitió: "La conspiración al descubierto no es tanto un socialismo como un descendiente más
comprensivo, que ha comido y asimilado cualquier cosa digerible de sus antecesores socialistas".
"La "conspiración al descubierto" no es tanto una especie de socialismo, sino un plan más amplio que
ha devorado y digerido todo lo que era útil de sus antepasados socialistas." ("La conspiración al
descubierto").
El plan de Wells, ha sido implementado de la manera más alarmante, durante los últimos 75 años.
Wells era un creyente ardiente de la "globalización", el objetivo más destructivo de los Illuminati. Hoy la
conspiración al descubierto de los fabianos es llevada a cabo por el miembro de la Sociedad y Primer
Ministro Británico Tony Blair.
Los encuentros secretos de los Illuminati eran llamadas sínodos. Los que, dentro de cualquier distrito,
habían alcanzado el grado medio, los "epopts", constituían un sínodo. Cada distrito tiene nueve "epopts". Su
trabajo es crear opinión pública a base de propaganda. Según la constitución de Weishaupt aquellos que
pertenecen al grado "epopt" dirigen la opinión pública. En nombre de la ciencia, los Illuminati pretenden
poner el mundo patas arriba. Los "epopts" actúan como Apóstoles. Aquellos que alcanzan el grado deben
haber abandonado la creencia en Dios (Augustin Barruel, "Memorias que ilustran la historia del
Jacobinismo", Londres, 1.797). Wells era uno de esos "epopts".
Luego hay, por supuesto, los grados más altos (Iniciados del Santuario de la Gnosis, Rex Summus
Sanctissimus, Frater Superior y Jefe Exterior de la Orden (grado 12º). Por encima de todos ellos está el
Consejo Supremo de la orden, cuyos miembros se llaman areópagos. Su presidente es el rey secreto de los
Illuminati, su nombre y residencia la conocen sólo los areópagos. Los areópagos son la clase invisible, la
parte oculta de la conspiración.
Si, debido a las actividades criminales de un miembro de los Illuminati, existe el riesgo de que los
secretos de la orden caigan en manos equivocadas, el miembro en cuestión debe suicidarse. Los líderes, en
estos casos, exigen el suicidio. Para proteger los secretos de la orden, el adepto Serge de Portugal, se suicidó
en la década de 1.790. Weishaupt señaló: "Ningún poder mundano puede salvar a quien nos traiciona."
Los masones necesitaban una organización internacional, capaz de controlar a todas las naciones.
Esta se constituyó el 28 de abril de 1.919 en París con el nombre de la Sociedad de Naciones por iniciativa
de los masones Woodrow Wilson y Jan Christiaan Smuts (1.870-1.950, primer ministro de Sudáfrica 1.919-
1.924) y originalmente estuvo liderada por masones encabezados por James Eric Drummond (político
Liberal inglés, 1.876-1.951) y Joseph Avenol (1.879-1.952). Sus estatutos entraron en vigor el 10 de enero
de 1.920. La Sociedad de Naciones, según su propaganda, acabaría con todas las guerras.
La élite masónica había instigado la Primera Guerra Mundial, que duró cuatro años, tres meses y
once días. Murieron ocho millones de soldados, unos veinte millones de civiles murieron de enfermedades y
de hambre y a causa de las convulsiones sociales. Veinte millones de soldados fueron gravemente heridos y
tres millones quedaron discapacitados. La guerra costó 100 millones de dólares diarios. Mientras el gobierno
francmasón miraba, empresarios ingleses vendían alimentos a los alemanes, así prolongaron la guerra
durante varios años. Los envíos se hicieron a través de intermediarios escandinavos.