Page 40 - Manual ofimática nivel II
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¿qué digo?
TÉRMINOS DE RELLENO: cuando, ejem, usted habla, eeh, ¿se oye usted
mismo/a, como si dijéramos, “rellenar”, y sabe, los silencios con, bueno, palabras que
no quieren decir nada? Fíjese cómo, “esteee”, esos rellenos van en desmedro, bueno,
del ritmo, y cómo pueden algo así como distraer o, “hum”, hasta irritar a la otra persona.
Para resolver este problema, haga una pausa cuando sienta que se le aproxima
uno de estos “rellenos”. No es necesario llenar el espacio con sonido.
Las pausas pueden ser poderosas cuando se las usa para dar énfasis, en busca de
un efecto teatral o, simplemente, para dar tiempo a que el público lo siga. Otras ideas
para liberarse de este hábito se señalan a continuación:
Escriba cada uno de sus “rellenos” habituales en varios papeles, cruce la
palabra con una gran X roja y pegue los papeles en lugares bien visibles:
teléfonos, espejos, calculadoras de bolsillo, en el refrigerador...donde los
vea. Hasta en la pulsera del reloj puede llevar una versión en miniatura.
Haga un pacto con alguien para que le dé un ligero codazo o le haga una señal
convenida cada vez que usted los use.
He aquí algunas reglas útiles para evitar un lenguaje que pueda ser ofensivo:
Cuidar el tratamiento con los apellidos. Si presenta al “señor Fernández”, a
su interlocutora debe presentarla como la “señora Romero”, no como
“María”. Y si presenta o se dirige a la mujer por su nombre de pila, haga lo
mismo con el hombre.
Si en la casa hay personas con título, presentarlas sencillamente como: “Un
amigo, el ingeniero Chávez”, “Mi médico, el doctor Saporta”, “Mi abogada,
la señora Pereda”.
Casi es innecesario decir hasta qué punto es lenguaje débil llamar a una
mujer chica, reina, chata, guapa.
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