Page 194 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


             es cortado con cuchillo o tijeras nuevas, pues aquellas que ya han sido usadas
             pueden transmitir infecciones; es  costumbre esperar a  que  salga la  placenta
             para cortar el cordón, el que luego es amarrado con hilos finos en ocasiones
             fabricados con algodón. Al ombligo se le aplica una planta llamada asmaguep

             para su curación; se considera que el ombligo puede enfermar por frío, para lo
             cual se rayan y aplican localmente algunas plantas medicinales. A los ocho o
             doce días de vida se acostumbra pintar con jagua los bebés, pues se piensa que
             esta práctica les confiere fuerza; durante este proceso el padre no puede dejar

             caer el bebé al suelo, ya que puede hacer que la criatura muera en pocos días. Se
             acostumbra extender la lactancia materna hasta ocho meses o un año; algunas
             madres  adicionan  rápidamente  la  chucula  a  la  dieta  del  recién  nacido,
             preparada esta con plátano maduro, cacao y en ocasiones un pedazo de carne
             de monte.

                En Palenque San Basilio ha sido costumbre proteger a los recién nacidos,

             poniéndoles un gorro sobre la cabeza, pues se piensa que previene la entrada
             de aire por la molleja, situación que se considera puede causar gripa a los recién
             nacidos; también se pone a los bebés una faja de paño hasta que cumplan dos o
             tres meses, para evitar hernias umbilicales. Cuando el ombligo de los recién

             nacidos sangra, la hemorragia es detenida por los palenqueros con el uso de
             oraciones; para facilitar su cicatrización se aplican las cenizas resultantes de
             quemar plumas de gallina negra (Es- calante 1979). En La lactancia materna entre
             las palenqueras se acostumbra continuar por lo menos hasta los primeros seis

             meses, para luego adicionar caldos suaves al cuarto mes. En Nuquí, Chocó,
             inmediatamente después del parto, las parteras afrocolombianas acostumbran
             secar al recién na- cido y asegurarse que pueda respirar, para lo cual algunas
             comadronas dan palmadas al bebé o lo soplan con un trago de licor que puede
             contener algunas plantas calientes; es también tradicional aplicar en cada ojo
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