Page 198 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
al bienestar humano y la autonomía
pescado que tenga dientes, ya que se considera que estos pueden enfermarle.
Algunas madres acos- tumbran acostar en hamacas a sus bebés boca abajo,
para que en caso de vómito no se ahoguen y para que no se asusten, sin
embargo, hay quienes piensan que esto puede ocasionarle un infarto al bebé.
Con el objetivo de prevenir deformidades en las extremidades de los niños, se
acostumbra- ba en Nuquí “chumbarles” o envolverles en telas, en caso de que
los bebés nacieran con alguna deformidad, se colocaban rollos de tela para
alinear las extremidades en el enchumbe. Algunos niños pueden presentar
dificultad respiratoria y esto se atribuye a la entrada de sereno o frío por las
fontanelas o molleja, lo que puede inducir en los niños ronquido y congestión
por secreciones respiratorias; para evitar esta condición se aplica un parche de
caraño o se pone la mano calentada con una vela sobre las fontanelas.
En el páramo Rabanal luego del nacimiento el ombligo ha sido desinfectado
por las parteras con alcohol, quienes además promovían el inicio temprano la
lactancia materna. Se piensa que los recién nacidos son más propensos a
padecer enfermedades producidas por frío, y que este puede transferirse al
bebé tanto por el exposición directa al entorno, como también por personas
que han estado recientemente en ambientes considerados fríos; por tanto, a
quienes visitan lugares como pantanos, lagunas, páramos, montes, ríos y
quebradas, se les recomienda evitar el contacto inme- diato con recién nacidos
para no transmitirles el “sereno”. Cuando hay arcoíris se evita que los recién
nacidos le observen, ya que este puede causar “ceguera” a niños muy
pequeños; también se evita que miren directamente truenos y eclipses. Las
enfermedades que pueden afectar a los recién nacidos se considera son
producidas por frío, por lo que para su tratamiento se emplean plantas
calientes. A los recién nacidos es costumbre bañarlos solo luego de los ocho días
de nacidos, pues a la grasa con que nacen se le atribuyen efectos protectores