Page 212 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
al bienestar humano y la autonomía
Juventud
Los upichía (matapí) conocen como walijimaka el periodo de la adolescencia,
el cual se con- sidera comienza alrededor de los diez años de vida, tiempo
dedicado a experimentar y que finaliza cuando se tienen relaciones sexuales. En
la mayoría de las personas esto sucede alrededor de los veinte años, mientras
que para el lawichu´ra´aru esto tarda hasta los veinticinco por el tiempo que
debe consagrar a su formación. Durante walijimaka el niño debe frecuentar el
monte en compañía de su padre, momentos que aprovecha para aprender a
cazar, a distinguir las diferentes clases de topografía, la vegetación en que se
encuentran los animales, conocer como se ubica el terreno para las chagras,
para no tumbar por tumbar. Debe aprender los nombres de las plantas, sean
me- dicinales o no, distinguir la calidad de las maderas, cuáles se usan para leña,
para la elaboración de bodoqueras, para construcción de malokas, para arcos,
canoas y remos, o para uso doméstico. En este periodo el niño debe distinguir
las épocas del año y el manejo de los recursos naturales, los periodos en que se
prohíbe el uso de algunos recursos. En el río debe conocer dónde pescar y
dónde no hacerlo, cómo capturar los peces que se pueden consumir en
determinadas épocas. Los walijimakana o adolescentes comienzan a
experimentar con lo que más les atrae, sea la cacería o la pesca; si se dedican a
la cacería deben dominar los métodos de captura, como son el uso de la
bodoquera y el arco, además de comprender el manejo de las trampas, lo que
implica saber en qué lugar ubicarlas, cómo tejerlas, y en qué condición usarlas.
Entre los quince y dieciséis años los walijimakana adquieren experiencia en los
oficios tradicionales, siendo ya expertos en la captura de los animales, colección
de frutos y fabricación de tejidos para cestería, principalmente. Con varios años
de práctica los jóvenes conocen como tumbar y como cultivar en las chagras de
mane- ra organizada, coordinando el trabajo comunitario, sin que el padre lo