Page 45 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
Cuando quedó satisfecho con esos puntos de los cuales había
hablado, y yo había verificado todo también con los libros que
tenía a mano, se puso repentinamente de pie y dijo:
—¿Ha escrito desde su primera carta a nuestro amigo el
señor Peter Hawkins, o a cualquier otro?
Fue con cierta amargura en mi corazón que le respondí
que no, ya que hasta entonces no había visto ninguna oportuni
dad de enviarle cartas a nadie.
—Entonces escriba ahora, mi joven amigo —me dijo,
poniendo su pesada mano sobre mi hombre—; escriba a nuestro
amigo y a cualquier otro; y diga, si le place, que usted se queda
ra conmigo durante un mes más a partir de hoy.
—¿Desea usted que yo me quede tanto tiempo? —le
pregunté, pues mi corazón se heló con la idea.
—Lo deseo mucho; no, más bien, no acepto negativas.
Cuando su señor, su patrón, como usted quiera, encargó que
alguien viniese en su nombre, se entendió que solo debían con
sultarse mis necesidades. Yo no he escatimado, ¿no es así?
¿Qué podía hacer yo sino inclinarme y aceptar? Era el
interés del señor Hawkins y no el mío, y yo tenía que pensar en
él, no en mí. Y además, mientras el conde Drácula estaba ha
blando, había en sus ojos y en sus ademanes algo que me hacía
recordar que era su prisionero, y que aunque deseara realmente
no tenía dónde escoger. El conde vio su victoria en mi reveren
cia y su dominio en la angustia de mi rostro, pues de inmediato
comenzó a usar ambos, pero en su propia manera suave e irre
sistible.
—Le suplico, mi buen joven amigo, que no hable de
otras cosas sino de negocios en sus cartas. Indudablemente que
le gustará a sus amigos saber que usted se encuentra bien, y
que usted está ansioso de regresar a casa con ellos, ¿no es así?
Mientras hablaba me entregó tres hojas de papel y tres
sobres. Eran finos, destinados al correo extranjero, y al verlos, y
al verlo a él, notando su tranquila sonrisa con los agudos dientes
caninos sobresaliéndole sobre los rojos labios inferiores, com
prendí también como si se me hubiese dicho con palabras que
debía tener bastante prudencia con lo que escribía, pues él iba a
leer su contenido. Por lo tanto, tomé la determinación de escribir
por ahora sólo unas notas normales, pero escribirle detallada
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