Page 88 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                         Páginas enteras de esa libreta están llenas de montones
                  de números, generalmente números simples sumados en tan
                  das, y luego las sumas sumadas otra vez en tandas, como si
                  estuviese "enfocando" alguna cuenta, tal como dicen los audito
                  res.



                         8 de julio. Hay un método en su locura, y los rudimentos
                  de la idea en mi mente están creciendo; pronto será una idea
                  completa, y entonces, ¡oh, cerebración inconsciente!, tendrás
                  que ceder el lugar a tu hermana consciente. Me mantuve alejado
                  de mi amigo durante algunos días, de manera que pudiera notar
                  si se producían cambios. Las cosas permanecen como antes,
                  excepto que ha abandonado algunos de sus animalitos y se ha
                  agenciado uno nuevo. Se consiguió un gorrión, y lo ha domesti
                  cado parcialmente. Su manera de domesticar es muy simple,
                  pues ya han disminuido considerablemente las arañas. Sin em
                  bargo, las que todavía quedan, son bien alimentadas, pues to
                  davía atrae a las moscas poniéndoles de tentación su comida.



                         19 de julio. Estamos progresando. Mi amigo tiene ahora
                  casi una completa colonia de gorriones, y sus moscas y arañas
                  casi han desaparecido. Cuando entré corrió hacia mí y me dijo
                  que quería pedirme un gran favor; un favor muy, muy grande; y
                  mientras me hablaba me hizo zalamerías como un perro. Le
                  pregunté qué quería, y él me dijo, con una voz emocionada que
                  casi se le quebraba en sollozos:
                         —Un gatito; un pequeño gatito, sedoso y juguetón, para
                  que yo pueda jugar con él, y lo pueda domesticar, ¡y lo pueda
                  alimentar, y alimentar, y alimentar!

                         Yo no estaba desprevenido para tal petición, pues había
                  notado cómo sus animalitos iban creciendo en tamaño y vivaci
                  dad. Pero no me pareció agradable que su bonita familia de
                  gorriones amansados fueran barridos de la misma manera en
                  que habían sido barridos las moscas y las arañas; así es que le
                  dije que lo pensaría, y le pregunté si no preferiría tener un gato
                  grande en lugar de un gatito. La ansiedad lo traicionó al contes
                  tar:
                         —¡Oh, sí!, ¡claro que me gustaría un gato grande! Yo so
                  lo pedí un gatito temiendo que usted se negara a darme un gato
                  grande. Nadie puede negarme un pequeño gatito, ¿verdad?




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