Page 90 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker


                  esto de una manera acumulativa. Le dio muchas moscas a cada
                  araña, y muchas arañas a cada pájaro, y luego quería un gato
                  para que se comiera muchos pájaros. ¿Cuál hubiera sido su
                  siguiente paso? Casi hubiera valido la pena completar el experi
                  mento. Podría hacerse si hubiera una causa suficiente. Los
                  hombres se escandalizaron de la vivisección, y, sin embargo,
                  ¡véanse los resultados actuales! ¿Por qué no he de impulsar la
                  ciencia en su aspecto más difícil y vital, el conocimiento del ce
                  rebro humano? Si por lo menos tuviese yo el secreto de una
                  mente tal, si tuviese la llave para la fantasía de siquiera un luná
                  tico, podría impulsar mi propia rama de la ciencia a un lugar tal
                  que, comparada con ella, la fisiología de Burdon Sanderson o el
                  conocimiento del cerebro de Ferrier, serían poco menos que
                  nada. ¡Si hubiese una causa suficiente! No debo pensar mucho
                  en esto, so pena de caer en la tentación; una buena causa pue
                  de trasmutar la escala conmigo, ¿pues no es cierto que yo tam
                  bién puedo ser un cerebro excepcional, congénitamente?

                         Qué bien razonó el hombre; los lunáticos siempre razo
                  nan bien dentro de su propio ámbito. Me pregunto en cuántas
                  vidas valorará a un hombre, o siquiera a uno. Ha cerrado la
                  cuenta con toda exactitud, y hoy comenzará un nuevo expedien
                  te. ¿Cuántos de nosotros comenzamos un nuevo expediente con
                  cada día de nuestra vida? Me parece que sólo fue ayer cuando
                  toda mi vida terminó con mi nueva esperanza, y que verdadera
                  mente comenzó un nuevo expediente. Así será hasta que el
                  Gran Recordador me sume y cierre mi libreta de cuentas con un
                  balance de ganancias o pérdidas. ¡Oh, Lucy, Lucy!, no puedo
                  estar enojado contigo, ni tampoco puedo estar enojado con mi
                  amigo cuya felicidad es la tuya; pero sólo debo esperar en el
                  infortunio y el trabajo. ¡Trabajo, trabajo!.
                         Si yo pudiese tener una causa tan fuerte como la que
                  tiene mi pobre amigo loco, una buena causa, desinteresada, que
                  me hiciera trabajar, eso sería indudablemente la felicidad.
                                   Del diario de Mina Murray

                         26 de julio. Estoy ansiosa y me calma expresarme por
                  escrito; es como susurrarse a si mismo y escuchar al mismo
                  tiempo. Y hay algo también acerca de los símbolos taquigráficos
                  que lo hace diferente a la simple escritura. Estoy triste por Lucy y
                  por Jonathan. No había tenido noticias de Jonathan durante
                  algún tiempo, y estaba muy preocupada; pero ayer el querido
                  señor Hawkins, que siempre es tan amable, me envió una carta



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