Page 95 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker



                                           VII



                           Recorte Del "Dailygraph",

                                      8 De Agosto
                   (Pegado      en el diario de Mina Murray)


                                  e un corresponsal.

                                         Whitby.- Una de las tormentas más
                         D        fuertes y repentinas que se recuerdan acaba
                                  de pasar por aquí, con resultados extraños. El
                                  tiempo un tanto bochornoso, pero de ninguna
                                  manera excepcional para el mes de agosto. La
                  noche del sábado fue tan buena como cualquier otra, y la gran
                  cantidad de visitantes fueron ayer a los bosques de Mulgrave, la
                  bahía de Robin Hood, el molino de Rig, Runswick, Staithes y los
                  otros sitios de recreo en los alrededores de Whitby. Los vapores
                  Emma y Scarborough hicieron numerosos viajes a lo largo de la
                  costa, y hubo un movimiento extraordinario de personas que
                  iban y venían de Whitby. El día fue extremadamente bonito has
                  ta por la tarde, cuando algunos de los chismosos que frecuentan
                  el cementerio de la iglesia de East Cliff, y desde esa prominente
                  eminencia observan la amplia extensión del mar visible hacia el
                  norte y hacia el este, llamaron la atención un grupo de "colas de
                  caballo" muy altas en el cielo hacia el noroeste. El viento estaba
                  soplando desde el suroeste en un grado suave que en el lengua
                  je barométrico es calificado como 2: brisa ligera. El guardacostas
                  de turno hizo inmediatamente el informe, y un anciano pescador,
                  que durante más de medio siglo ha hecho observaciones del
                  tiempo desde East Cliff, predijo de una manera enfática la llega
                  da de una repentina tormenta. La puesta del sol fue tan bella, tan
                  grandiosa en sus masas de nubes espléndidamente coloreadas,
                  que una gran cantidad de personas se reunieron en la acera a lo
                  largo del acantilado en el cementerio de la vieja iglesia, para
                  gozar de su belleza. Antes de que el sol se hundiera detrás de la
                  negra masa de Kettleness, encontrándose abiertamente de ba
                  bor a estribor sobre el cielo del oeste, su ruta de descenso fue
                  marcada por una miríada de nubes de todos los colores del cela
                  je: rojas, moradas, color de rosa, verdes, violetas, y de todos los
                  matices dorados; había aquí y allá masas no muy grandes, pero



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