Page 26 - APERTURA CIENTIFICA - EQUIPO 7
P. 26

planetas al Sol, según el sistema de Copérnico, están asociadas a las relaciones
                  geométricas de esferas separadas por los poliedros regulares, conocimiento que
                  publicó  en  su  libro  Mysterium  Cosmographicum  en  1596,  el  que  envió
                  intencionalmente a algunos importantes pensadores de la época.

                  Fue a partir de esta obra intelectual que Kepler llamó la atención de Tycho Brahe,
                  con  quien  estableció  un  vínculo  –aunque  con  motivaciones  diferentes-  que  le
                  permitió  obtener  los  rigurosos  datos  de  observaciones  astronómicas  realizadas
                  durante años por el danés.

                  Si bien Kepler (a petición de Brahe) inició –sin mucho entusiasmo- el estudio sobre
                  el comportamiento “irregular” de la órbita del planeta Marte. Después de la muerte
                  de Brahe, haber heredado sus datos astronómicos y por poseer más información
                  sobre  el  planeta  Marte,  tornó  el  “problema”  de  irregularidad  de  este  planeta  un
                  estudio de varios años.

                  Primero,  realizó  varios  intentos  por  acomodar  los  datos  disponibles  de  Marte  al
                  modelo  brahiano,  pero  el  ajuste  carecía  de  coherencia.  Asimismo,  esta
                  incompatibilidad, no tan sólo pasó con el modelo híbrido, sino que también con el
                  modelo copernicano del que él era adepto.

                  En este escenario, y tras no haber podido explicar el movimiento de Marte, comenzó
                  a sospechar que, la respuesta, podría estar en el movimiento orbital de la Tierra.

                  Para  esto,  Kepler,  utilizó  los  datos  brahianos  en  intervalos  de  tiempo  que
                  corresponderían al periodo del movimiento de Marte (687 días), ya que, en cada
                  observación y al estar Marte en el mismo lugar, se favorecían las condiciones para
                  determinar la posición de la Tierra.

                  Así, llegó a considerar que era posible explicar bien los datos, si se suponía que, la
                  órbita  terrestre,  era  excéntrica  con  respecto  al  Sol  (una  idea  que  ya  había  sido
                  introducida por Copérnico). No obstante, la velocidad de la Tierra en ese “círculo”,
                  no podía ser constante, puesto que, era mayor cuando estaba más cerca del Sol.

                  De esta manera, hubo nuevas interrogantes para Kepler: ¿por qué el movimiento
                  de la Tierra alrededor del Sol no es “uniforme”? y ¿por qué la Tierra se mueve más
                  rápido cuando está más cerca del Sol en comparación a cuando está más lejos?

                  Una vía para explicar la variación de velocidad podría ser con el uso de ecuantes
                  (ya propuestos por Ptolomeo), pudiendo postular que, en tiempos iguales, la Tierra
                  describe ángulos iguales con relación al ecuante. Además, en tiempos iguales, la
                  Tierra, también describe arcos y ángulo diferentes en relación con el Sol.

                  Kepler,  imaginó  que,  otra  manera  de  explicar  la  variación  de  velocidades  era
                  atribuyendo una responsabilidad al Sol, el que podría estar moviendo a la Tierra a
                  través de una fuerza magnética. Del Sol saldrían rayos luminosos que girarían con
   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30   31