Page 27 - APERTURA CIENTIFICA - EQUIPO 7
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el Sol y arrastrarían a la Tierra en su órbita. Así, cuando la Tierra estuviera más
                  cerca al Sol, el efecto sería más grande, y su velocidad aumentaría.

                  Es importante notar que esta idea de Kepler fue influencia por los trabajos sobre
                  magnetismo del filósofo y médico inglés William Gilbert, quien también creía que los
                  planetas  eran  movidos  por  causa  del  Sol  y  que  el  efecto  se  reducía  mientras
                  aumentaba la distancia.

                  Por analogía con experimentos que realizó con imanes perfectos, Gilbert, imagino
                  que,  el motor básico que  comendaba  al sistema  solar era  de  origen magnético.
                  Incluso llegó a pensar que la Tierra era un gigantesco imán que atraía a todos los
                  cuerpos a su alrededor. Esa gravedad magnética, se propagaría por el espacio de
                  afuera, actuando en el sistema solar.
                  Retomando, la velocidad angular de la Tierra en torno de Sol, en todos los puntos
                  de  su  órbita,  sería  inversamente  proporcional  a  la  distancia  al  Sol,  y  como
                  consecuencia, el rayo que conecta a la Tierra con el Sol barrería áreas iguales en
                  tiempo iguales.

                  Con esto, Kepler, regresó al problema de la órbita de Marte, realizó una tentativa
                  análoga como lo hizo con la Tierra, pero no resulto. Así, en busca de una solución,
                  incorpora otro elemento en su reflexión: la forma de las órbitas.
                  Entre otras correspondencias, existen dos cartas de 1605, que permiten evidenciar
                                                                  el  estadio  de  pensamiento  de  Kepler
                                                                  en relación con las órbitas planetarias:
                                                                  una carta enviada a Mästlin y, la otra,
                                                                  a Fabricius.

                                                                  Según  Tossato  (2003),  en  la  carta  a
                                                                  Mästlin  el  15  de  marzo  de  16054,
                                                                  Kepler explicita lo siguiente:
                                                                  En lo que concierne a los movimientos
                                                                  de    Marte,    me     explicaré    más
                                                                  claramente… Las distancias no están
                                                                  como  en  un  círculo  perfecto,  sino
                                                                  como en una oval, de la cual, después
                                                                  de  infinitos  esfuerzos,  encontré  la
                                                                  representación… La solución no será
                  posible a no ser que investiguemos las causas que se encuentran en las naturalezas
                  reales, es decir, el cuerpo solar es circularmente magnético y gira sobre sí mismo,
                  haciendo girar con él, el orbe de su virtud… En contrapartida, los propios cuerpos
                  de los planetas aptos a permanecer en reposo en cualquier lugar del mundo en que
                  estén localizados. Consecuentemente, para que estos sean movidos por el Sol, es
                  necesaria la acción de una fuerza contraria, resultando que cuando ellos estén más
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