Page 38 - Libro para Angi
P. 38
Almas inocentes
is hijos, Mariela de once aiios y Paco de cuatro y media, fue-
ron arrastrados irremediablemente por el "sismo" del acci-
dente de su madre. El ritmo de su vida se interrumpi6 y sus
clases de nataci6n, de ballet, de karate, de ingles, de todo
cuanto les habfa procurado, se vieron sustituidos por visitas al hospital
y una nueva soledad que tuvieron que enfrentar. Ahora, a duras penas
habfa quien los llevara y recogiera de la escuela.
La habitaci6n del hospital se convirti6 en su segundo hogar y ahf
jugaban con las enfermeras, hacfan tareas; a veces has ta se baiiaban. No
siempre podfan estar cerca, tenfan que vivir tambien en su casa. Un dfa,
Paco que entonces iba al kinder, me trajo un cuadro de su mama: me
dibuj6 en la cama, con los tubas, la tracci6n, rodeada de aparatos ... para
el, ya eran parte integral de mi. Su dibujo fue ver la realidad desnuda.
Decidf que aunque fuera con la sola cabeza, lo unico que podfa mover,
sacarfa a mis hijos adelante.
Como en ese tiempo todavfa recibfa visitas de gente importante:
generales y esposas de generales, aproveche su buena disposici6n y
pude conseguir que me pusieran un telefono privado en el cuarto, algo
prohibidfsimo. Le pedfa a la enfermera marcara el telefono de la casa
y me pusiera el auricular al ofdo. Empece a hablarles a mis hijos todos
lo dfas y, dentro de mis posibilidades, a realizar las funciones de madre.
Les preguntaba sobre la escuela, si habfan hecho la tarea; les pedfa, les
exigfa y les recalcaba que el hecho de que vieran a su mama en el
hospital no era pretexto para que sacaran malas calificaciones.
Sin embargo, ambos cambiaron. Mariela se volvi6 introvertida y
Paco, de un caracter mas explosivo, se enojaba y entristecfa constante-
43