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Fronteras entre transgeneridad, transexualidad e intergeneridad iv
Acudo a aparentemente nuevas licencias lingüísticas, como
la transgeneridad. Si deseo escribir con equidad e inclusión,
al género femenino le corresponde género masculino. Los
términos transgenérico/a, transexual e intergénerico/a no
se corresponden entre sí, pero en el lenguaje cotidiano se
confunden y manejan indistintamente, porque no se tiene
claridad de las fronteras entre ellos, precisamente porque
1
son términos nuevos.
En sentido estricto, la posibilidad transgenérica no ubica
a los individuos “a la mitad de los géneros”; toda persona
transita entre ambos géneros a cada momento en el trans-
curso de la vida, porque los modelos culturales imperantes,
dejan pocas probabilidades para adquirir nuevas formas
de ser.
La palabra sujeto transgenérico sí aporta un significante,
porque es a través de la palabra que nos hacemos sujetos,
es cuando nos podemos nombrar para construir nuestra
identidad, porque lo que no se nombra es socialmente
v,2
inexistente, invisible e impide la singularización personal.
¿A qué se debe tal dificultad para encontrar un término
equitativo para la condición transgenérica? Money (1982),
citado por Emilce Dio Bleichmar vi,3 denota que en casi
ninguna lengua existe un género neutro para el ser humano;
con esto quiero acotar que el lenguaje no ofrece un término
que defina más específica y claramente a la transgeneridad.
Debido a que, como menciona Ana Carrera, citada por
2
Gloria Careaga: “simbólicamente solo hay dos lugares de
referencia desde los que se puede hablar”. Es urgente que
se nombre, se difunda -con los términos disponibles-, se
dé razón de la existencia y se incluya un lugar social, cultural,
político y sobre todo humano, al “género sin diferencia”.
Es menester que el término transgeneridad evolucione
tanto como ha sucedido en la práctica con la significación
y apropiación de los términos mujer, hombre, femenino,
masculino, género, identidad genérica, entre otros.
iv Transgeneridad es el concepto subjetivo de la identidad a la que una persona siente pertenecer,
en tanto que la transexualidad depende de un diagnóstico psiquiátrico para acceder a la posi-
bilidad de adecuar el cuerpo al sexo anatómicamente opuesto (mediante tratamiento hormonal
e intervención quirúrgica de congruencia anatómica con la identidad sexual asumida). Entiendo
por intergénerica, a partir del conocimiento de mis pacientes como sexóloga clínica, a la persona
que se comporta y da cuenta de ambas identidades y que no desea manifestarse exclusivamente
como mujer o varón y a quien esta situación no necesariamente le conflictúa.
v Es con la palabra que logramos también señalar la primera diferencia con el otro y saber acerca
de la identidad del ser. La palabra nos permite marcar y reencontrarnos con nuestra singularidad,
por esto, el fundamento del psicoanálisis es que con la palabra y desde la palabra nos constitui-
mos como sujetos.
vi Emilce D. Bleichmar comenta que “en su transporte a las Ciencias Humanas (1982) Money
advierte sobre el hecho de que el género gramatical sí admite un estado neutro de mayor o
menor alcance en cada lengua, no así el género humano”.
Foto: XXXII Marcha del Orgullo LGBTTTI 2011, Ciudad de México - Acervo del CENSIDA.