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¿Debido a qué impacta tanto la condición
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                                                                  porque confronta y pone en tela de juicio el
                                                                  modelo imperante de sexo-género que legi-
                                                                  tima únicamente dos posibilidades contrarias
                                                                  de ser, las cuales se justifican desde la diferen-
                                                                  cia anatómica de los sexos, desde las prácticas
                                                                  sexuales y desde la heteronormatividad.


                                                               De esta manera, se puede mantener al mundo humano
                                                               en un sistema binario, en la dualidad genérica excluyente
                                                               antes mencionada. Al socializar el cuerpo sexuado, se
                                                               impone el orden de las cosas y, con ello, se construye un
                                                               orden natural de eventos que avala la diferencia sexual y
                                                               la división sexual del trabajo, vii,4  que otorga desde lo
                                                               natural y normal a un género subordinado y, un control
                                                               social dominador masculino – dominado femenino. La
                                                               diferencia de los sexos naturaliza la desigualdad social. Al
                                                               naturalizar la diferencia sexual (con sus consecuencias socio-
                                                               políticas), los sujetos ya no se interrogan el absurdo ima-
                                                               ginario de la desigualdad porque los pensamientos se trans-
                                                               forman en subjetividades (sentimientos o sensaciones
                                                               llevadas al acto, que no pasan por la razón y que se trans-
                                                               miten de generación en generación) como algo que así
                                                               debe ser, sin mayor cuestionamiento.

                                                               Ana Fernández  contribuye diciendo que “al tomar como
                                                                             5
                                                               ya-dado algo construido por la imaginación colectiva,
                                                               pierde –por invisibilización- las dimensiones políticas de
                                                               la sexuación”. Bajo este modelo binario no puede haber
                                                               diversidad ni sexual, ni ninguna otra; cuando se piensa la
                                                               diferencia, la otra persona solamente puede ser pensada
                                                               como inferior. El modelo dominante masculino se ubica
                                                               desde lo superior y, todo aquello diferente a éste, se en-
                                                               cuentra como inferior y subordinado. Para que esta orga-
                                                               nización se mantenga vigente, se debe imposibilitar a toda
                                                               costa la diversidad y la transgresión al orden del género,
                                                               porque toda vez que éstas se presenten y legitimen, las
                                                               posibilidades de control de la sociedad se resquebrajan.



                                                               Cuerpo no es destino:

                                                               del género al transgénero


                                                                  La existencia de la transgeneridad impresiona
                                                                  al sujeto y a la sociedad porque desmiente,
                                                                  abre una realidad escondida y siempre presente
                                                                  que nos negábamos a enfrentar.


                                                               vii  Pierre Bourdieu dice que “la diferencia anatómica entre los órganos sexuales puede aparecer de
                                                                  este modo como una justificación natural de la diferencia socialmente establecida entre los
                                                                  sexos, y en especial de la división sexual del trabajo”.





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                                                               Foto: XXXII Marcha del Orgullo LGBTTTI 2011, Ciudad de México - Acervo del CENSIDA.
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