Page 17 - GÉNERO Y SALUD EN CIFRAS • Septiembre - Diciembre 2008
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IncorporacIón de Infantes y jóvenes a las calles
iv
El proceso de «callejización» de la población infanto–juvenil Como producto del sistema de dominación patriarcal, en
se inicia en las necesidades de organización y distribución esta población la maternidad sigue formando parte de los
de los insumos familiares y hasta de los propios miembros “designios del destino”. La posibilidad de la elección de la
de la familia, esto es, algunas madres construyen redes de procreación es limitada, lo cual repercute en sus alterna-
apoyo para poder cuidar a sus hijas e hijos o recurren a “aco- tivas de inserción al medio laboral, es decir, las niñas y jó-
modar” a su progenie en instituciones o con familiares para venes embarazadas que viven en las calles se ven gradual-
que se los cuiden mientras trabajan fuera de la casa o por- mente marginadas por ser mujeres jóvenes, por su estado
que no pueden satisfacer las necesidades básicas del total de gravidez y por vivir en condiciones de pobreza extrema.
de su progenie. La calidad de vida en uno u otro espacio no Al parecer se torna un círculo vicioso del cual difícilmen-
es muy diferente, motivo por el cual escapa y comienza su te estas niñas y jóvenes pueden salir. Es decir, la pobreza,
constante trasegar entre el hogar sustituto, la institución, la las crisis familiares y la violencia familiar, por un lado, y el
familia y la calle. 6 atractivo que representa la calle, por el otro, motiva que
muchas niñas y jóvenes salgan de sus casas y se inserten
La inserción de las niñas, los niños y jóvenes que viven en a los modos de sobrevivencia de la calle. Dichos modos
la calle suele ser gradual y no se relaciona únicamente con de sobrevivencia van desde elevados niveles de violencia
la dinámica familiar, los índices de violencia dentro de ésta y marginación social, deserción escolar, ingesta de tóxicos,
y su comunidad local, y las condiciones de vida en la misma; represión y hostigamiento policial, hasta inicio prematuro
se relaciona fuertemente con la imagen que el niño y la niña de la vida sexual como forma de obtener ingresos, de per-
tienen de la calle, las condiciones de acceso, la pérdida de tenencia al grupo o por la necesidad de identificación con
temor a la calle, o la segura inserción a alguna banda callejera, su feminidad; esto último puede traer como consecuencia
lo que suele proporcionar identidad y permanencia a grupos embarazos no planeados ni deseados. Situación que conlle-
de la calle, hábitos tóxicos, empatía con el grupo de iguales o va condiciones de vida insalubres, sin servicios de salud, no
con otras personas que permanecen o realizan actividades tienen acceso a educación sexual ni planificación familiar, ni
en la calle. Otro factor por el cual niñas, niños y jóvenes a esparcimiento, con escasas o nulas posibilidades laborales;
viven en la calle y se insertan en ella es porque ésta repre- de ahí que en tales condiciones de marginalidad difícilmente
senta un espacio en donde se pueden realizar actividades puedan llevar otro estilo de vida.
lucrativas, entre otras. 6
El tránsito de la vida a la calle, coincide con la inserción al
trabajo y, para muchas jóvenes, con la maternidad temprana.
Para las mujeres que viven en la calle, muchas veces el in-
greso a la sexualidad inicia en sus hogares, como víctimas
de violaciones y hostigamiento por parte de familiares cer-
canos, principalmente hombres, enfrentándose a la disocia-
ción entre sexo-placer y sexo-reproducción. Sin embargo,
para muchas jóvenes el embarazo representa la consolida-
ción de su identidad como mujer, “ser alguien”, tener una
razón de vida, un lugar en la sociedad.
iv Este concepto encierra el proceso paulatino de inserción de las y los niños a la calle como espacio predominante de vida.
Septiembre - Diciembre sanciones a las conDiciones De viDa Página
2008 De jóvenes y niñas maDres que viven en la calle 15
y sus rePercusiones en su saluD mental