Page 101 - Cuentos del derecho… y del revés. Historias sobre los derechos de los niños
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—¿De verdad crees que no quiero a tu hermano? —se atrevió a decir el ama de

               casa.

               —Claro que lo quieres, mamá. Por eso vas a hacer lo mejor para él.


               Maribel Orozco dejó que el conejo Osvaldo se escapara de entre sus dedos y
               cayera al suelo. El cascabel se desprendió y rodó debajo de la mesita de centro.


               —Es una bonita colonia, mamá. No te apures. Todos los vecinos van a querer a
               Osvaldo aunque tenga retraso mental. ¿No dices que aquí todos son muy
               buenos?


               Natalia tomó unas cuantas galletas y desapareció de la sala mientras decía:


               —Voy a visitar a mi hermano.


               Al mirar al conejo en el suelo, le pareció a Maribel Orozco que detrás de su
               manchado rostro había una sonrisa que amenazaba en convertirse en una risa,
               una carcajada que finalmente terminaría con esos incómodos silencios que tanto
               revoloteaban entre las paredes de ese lindo y perfecto hogar.






               Artículo 27: Nuestro padre y nuestra madre tienen la responsabilidad de
               ofrecernos un nivel de vida adecuado que nos permita desarrollarnos en lo
               físico, lo mental, espiritual, moral y social. Si ellos no pueden hacerlo, el Estado
               debe ayudarlos.
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