Page 82 - Cuentos del derecho… y del revés. Historias sobre los derechos de los niños
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—¡Ah! Así se llaman oficialmente: “Excrementos que se han solidificado como

               rocas”. —Martina siguió leyendo en voz alta—: “Los coprolitos son importantes
               porque permiten identificar la dieta de los animales que los produjeron, y esto
               nos da una idea del medioambiente y el tipo de plantas y animales de la época”,
               asegura el doctor Ordovico Piedrita.


               Martina y Fidel llamaron al número de teléfono del experto, que aparecía en la
               página de internet, y le contaron de su descubrimiento. Al principio, el doctor
               Piedrita dudaba de la autenticidad del hallazgo, pero en cuanto los niños le
               describieron con todo detalle lo que habían encontrado, lo consideró realmente
               interesante.


               —¿Cómo dicen? ¡¿En forma de rol de canela?! Oh, sí, esa es una de las formas
               más típicas. Yo las llamo cumulus espiroides excrementa. ¡Magnífico! Voy para
               Zipitochi cuanto antes —exclamó con gran emoción el doctor Ordovico Piedrita.


               Mientras tanto, en la ciudad, los adultos continuaban discutiendo sobre las tareas
               de enderezamiento y la distribución de las responsabilidades. Cada vez había
               más disputas, y los que antes habían sido grandes amigos ahora estaban
               separados por una zanja.


               —La culpa de todo es de esta grieta mugrosa —gritaban unos.


               —¿Y si la tapamos? —aventuró uno entre la multitud.


               —¡Sí! —gritaron todos al unísono—. Excelente idea.

               El alcalde se reunió con los representantes del pueblo, de uno y otro lado de la

               zanja, y después de deliberar durante varias horas salió al balcón municipal y
               anunció su decisión de cerrar la grieta: “Traeremos toneladas y toneladas de
               grava y cemento para cerrarla, porque solo nos ha traído problemas”.


               —¡NOOOOOOOO! —Se oyó el grito de Martina y Fidel entre la multitud.

               El alcalde se quedó mudo de sorpresa ante un no tan rotundo sobre su plan
               infalible.


               —¿Y se puede saber por qué querríamos mantener abierta esa zanja?


               —¡Pues porque está llena de coprolitos! —explicó Martina, que era la más
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