Page 79 - Cuentos del derecho… y del revés. Historias sobre los derechos de los niños
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a uno y otro lado de la grieta, cosa a la que no estaban acostumbrados. De

               inmediato comenzaron los reclamos de injusticia porque los del lado derecho
               quedaban más cerca del balcón desde donde el gobernante se dirigió a todo el
               pueblo:


               —¡Ciudadanos de Zipitochi! —gritó a todo pulmón y apasionadamente—. Esta
               es la hora de saber de qué estamos hechos los zipitochenses.

               El público tardó un poco en reaccionar y alzarse en vítores y aplausos (quizá

               porque la cuestión les parecía muy compleja), pero después de unos instantes la
               multitud aclamó las palabras de su líder.

               —A partir de ahora, para organizamos mejor, nos dividiremos en dos equipos de

               acuerdo con el lado de la zanja en el que viva cada quien. —Se oyeron algunos
               aplausos y silbidos de alegría, que se apagaron en cuanto habló de nuevo el
               alcalde.


               —Así, habrá un equipo derecho y un equipo izquierdo. El equipo izquierdo, el
               de la parte elevada de Zipitochi, se encargará de subir los cubos de agua cuando
               llueva, y el equipo derecho recogerá la basura que se acumule en la parte baja.


               —¡Pero eso es injusto! —clamaron al instante los del lado izquierdo—. La tarea
               de los otros es más sencilla.

               —¡¿Más sencillo recoger toda la basura que nos echan ustedes desde arriba sin

               preocuparse?! ¡Además en Zipitochi nunca llueve, caradura! —protestaron a su
               vez los de abajo.


               A este intercambio de quejas siguió una larga discusión a gritos y señas entre los
               dos equipos. Por suerte, la grieta los separaba lo suficiente como para que no
               alcanzaran a darse de golpes. La gran zanja había llegado no solo para dividir a
               Zipitochi, en más de un sentido, sino para abrir las puertas al pasado remoto. Si
               esta frase fuera la predicción de una médium después de ver su bolita mágica,
               podrías poner el resto de la historia en duda, pero en este caso es una descripción
               exacta de lo que ocurrió (aquello de abrir la puerta del pasado, quiero decir). El
               mismo día en que un temblor abrió la zanja en la plaza central, Martina y Fidel
               fueron los primeros en salir de sus casas a explorar Zipitochi. Muy pronto
               notaron que la grieta había puesto al descubierto varias capas de rocas de distinto
               color y composición. La fractura en la tierra estaba salpicada por los fragmentos
               de roca desprendidos por el temblor.
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