Page 135 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?
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Historias de familia
Luz María Chapela
Un vivo a secas, un vivo sin antepasados, no sobrevive.
FABIO MORÁBITO
Cada familia es única e irrepetible
El libro que acabas de leer es como una nave que te invita a viajar en el tiempo,
a recorrer países, campos y ciudades, y a asomarte a tiendas, cocinas y roperos.
Gustavo Ortiz Millán construyó esta nave del tiempo y del espacio montando
una sobre otra sus memorias, las memorias de sus antepasados. Y cuando
decidió escribirlas, abrió un espacio grande para que tú y muchos otros lectores
compartieran con él todo eso que le hace ser quien es, y que le da, al mismo
tiempo, estructura y horizonte.
Él nos cuenta historias específicas de una familia específica: la suya. Una familia
en la que hubo momentos de riqueza y momentos de pobreza, tristezas y
alegrías, errores y aprendizajes. Gustavo abre para nosotros ventanas a su
historia, que nos permiten ver una abuela que canturrea cantos de infancia, un
par de cómplices que preparan granola siguiendo una receta de familia, una
dama joven que recibe los más ardientes versos de un altísimo poeta enamorado,
una tienda que desgraciadamente arde en llamas, y una mujer con ideas propias
que —llena de congruencia— emprende acciones independientes y autónomas.
De la mano del nieto de una abuela, también podemos recorrer la ciudad de
México, cuadra a cuadra, del centro al sur y de ahí al poniente, para encontrar
cómo la urbe inmensa se extendió con el paso de los años por granjas, establos y
maizales hasta dar lugar a colonias con nombres que rescatan la memoria de ríos,
especies y geografías: Río Becerra, San Pedro de los Pinos o colonia del Valle.
Se trata de la historia de una familia específica, única y diversa, como lo son