Page 140 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?
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nuestro. Porque no debes pensar que al hacer historias de familia tu papel será
solo de escucha. Son altas las probabilidades de que, en un ir y venir
característico de las relaciones humanas, te descubras de pronto compartiendo un
momento difícil de tu vida o quizás un poema que tenías hacía tiempo debajo de
la almohada. No olvides que cuando indagas acerca de los tuyos, indagas acerca
de ti mismo: de tu estructura, tus potencias, tus memorias más profundas y esos
legados artístico-afectivo-científico-manual-ético-lingüísticos que heredas de tus
antepasados y te permiten ser quien eres, lo mismo que te permiten soñar por
cuenta propia.
LLUVIA DE IDEAS PARA BORDAR NUESTRAS PROPIAS HISTORIAS DE
FAMILIA
Mírate con atención
Antes de emprender tu tarea, siéntate contigo mismo y considera tus logros, tus
bellezas, tus bondades, tus defectos más grandes, tus virtudes, tus necesidades no
satisfechas, tus talentos, tus principios más bienamados, tus amores, desamores y
lo que tú prefieras. Construye una imagen de ti. Entonces, sal al mundo cargado
de preguntas y en busca de otredades, que al mismo tiempo, de una u otra
manera, forman parte de lo que tú eres. Es desde esa combinación
mismidad/otredad desde donde se construyen los mejores encuentros.
Personas
Tal vez este sea el capítulo más complejo. Porque las personas, con toda su
otredad a cuestas, tienen sus propios gustos, principios, miedos e ilusiones,
prejuicios y juicios, dudas y conocimientos. Porque cada persona vive la vida
desde su propio punto de vista, con una historia propia que le da sustento, en
medio de problemas, felicidades y tristezas. Entrevista a las personas
considerando todo esto, con sumo respeto y preparado para dejar a un lado tus
propios juicios de valor (dentro de lo posible). Considera también la posibilidad
de que los otros elijan no responder a tus preguntas, y recuerda que todos
tenemos el derecho de conservar para nosotros mismos asuntos íntimos y