Page 45 - ¿Quién fue mi abuela Emilia?
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propia estación de radio, la CYB, que luego cambiaría sus siglas por las de XEB,

               “la B grande de México”, que se anunciaba (y aún se anuncia) con el eslogan “El
               buen tono de la radio”. Todavía existen la estación de radio y la iglesia, pero la
               cigarrera desapareció.


               La foto de la boda de mis abuelos muestra a una mujer muy joven con un vestido
               de boda que le llegaba hasta las pantorrillas, con guantes y un velo muy largo
               que llevaba una especie de coronilla, muy a la moda de los años veinte. Mi
               abuelo parece un hombre bastante mayor que ella, que ya había perdido buena
               parte de su cabello, con ceño adusto, unas gafas pequeñas y un frac muy de la
               época.


               Después de casarse, Jesús y Emilia se fueron a vivir a la calle de Joaquín García
               Icazbalceta, en la colonia San Rafael. Esa había sido una de las colonias de moda
               durante el Porfiriato. A mediados del siglo XIX la ciudad no era muy grande:
               abarcaba más o menos lo que hoy conocemos como el Centro Histórico, pero a
               fines de aquel siglo la ciudad desbordó sus límites y empezó a crecer. Terrenos
               que antes eran ranchos y haciendas se empezaron a fraccionar. Ese fue el caso de
               la San Rafael, que se inauguró en 1891. La colonia ya contaba con el servicio de
               agua potable, que corría a través de tuberías de plomo (las tuberías ya no son de
               plomo, pero de ahí viene el término plomero). Ahí, en 1922, nació su primera
               hija, Beatriz Emilia. Mi abuela tenía diecinueve años.


               Al poco tiempo se mudaron a la colonia San Pedro de los Pinos, de creación
               posterior a la San Rafael, pero surgida de la misma necesidad de las clases
               medias de moverse hacia la periferia de la ciudad. Esta colonia empezó a
               desarrollarse a principios del siglo XX, en los terrenos de lo que fuera el rancho
               de San Pedro, que se distinguían por estar sembrados de pinos. El auge de la
               zona se dio a partir de 1920, cuando se le anexaron las tierras de San Pedro el

               Viejo y se le dio a la colonia la traza urbana que tiene hasta el día de hoy. En ese
               entonces todavía corría un río por lo que hoy es avenida Patriotismo, y las calles
               que hoy se llaman Río Becerra y Río Mixcoac hacían honor a su nombre. Todos
               esos ríos fueron entubados después, de modo que ya no se ve ninguno. Jesús y
               Emilia se mudaron a una casa en la Avenida 2, casi frente al parque del Pombo,
               donde en 1925 nació Lucía Noemí, su segunda hija (supongo que la llamaron
               Lucía porque esa era la santa patrona del día en que había nacido Jesús, el 13 de
               diciembre). Luego se mudarían a una casa en avenida Revolución, también en
               San Pedro, donde tres años más tarde nacería su tercera hija, Lucrecia Olga. En
               esa casa Jesús y Emilia criaron a sus hijas y las vieron crecer.
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