Page 49 - Escalera al cielo
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pero tu cama estaba vacía, y tu mochila, por ningún lado.






                                 Te buscamos como quien juega a las escondidillas,


                               en una versión desesperada, tremebunda, por realista.






                                          Ni en el clóset ni debajo de la cama


                               ni detrás de las cortinas ni en el cesto de la ropa sucia.





                                       Y todo se asemejaba a una broma cruel,


                                  una absurda búsqueda de monstruos inexistentes.


                                  Desplome fue la palabra que acudió a mi mente.






                                 Quiero decir, fue la palabra que aplastó a mi mente


                               y a nuestros corazones. Salimos a las calles, fatigamos


                                        los parques y los centros comerciales;

                               registramos los cines y la nevería que tanto te gustaba;


                               las jugueterías, y nada, no hubo nada, por ningún lado.






                                   Hicimos llamadas telefónicas que nos llevaron


                                  a otras llamadas, hasta que las voces se cruzaron,


                                        se enredaron, se apagaron poco a poco.
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