Page 45 - Escalera al cielo
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no te sueltes, resiste lo más que puedas!
Te aferraste tanto que, los siempre heroicos bomberos,
consiguieron apenas del fresno desprenderte.
Los siempre heroicos bomberos te maravillaron
al grado de que no podíamos desprenderte a ti de ellos.
Y luego nosotros no pudimos desprendernos de ti,
en toda la noche. No queríamos dejarte, en tu cama, sola.
Permaneciste muchas horas ensimismada, entimismada;
sin hablar, como antes lo hacías; sin hablar con mamá
para contarle tus divertidas ideas, ni cantar a cada rato.
Empezaste a bajar la vista. Empezaste a usar un grueso
abrigo que no querías quitarte, por más que hiciera calor;
un caparazón para la vida, una coraza contra los demás.
También doblaste los largos dedos de tus pies,
para encarcelarlos en unos tristes zapatos de moda.