Page 132 - La vida secreta de Rebecca Paradise
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–Ya veis. Os parece que sois muy distintas y, sin embargo, desde este lado de la
mesa se os ve la mar de parecidas. Hasta os apellidáis igual. En cierto modo me
recordáis a aquellas primas mías, las pobres señoritas Olsen. Sinceramente, con
lo que ha pasado, no estoy de mucho humor para historias, pero esta es muy
corta.
George se acarició la barba, buscó inspiración en el techo y empezó a contar: