Page 230 - La vida secreta de Rebecca Paradise

Dentro estaba teniendo lugar un triste espectáculo: Sofía, la domadora de
perritos falderos, a punto de ser mordida por sus dos mascotas.

Thomas trataba de explicarle a gritos a Sofía algo que apenas se podía entender,
porque las dos chicas se encontraban enzarzadas en una discusión muy violenta.
De hecho, las dos estaban tirando de un mismo montón de folios escritos a
ordenador que corrían serio peligro de romperse por la mitad. Lavender parecía a

punto de pegar a Sofía, que tampoco dejaba de gritar:

–¡Dámelos! ¡Dámelos, Lavender!

–¡No me da la gana dártelos, los he escrito yo!

–¡Os estáis portando como animales! ¡¿Es que no podemos...?!

Me acerqué corriendo a aquel torbellino de piernas, manos, papeles y pendientes
y, de un tirón, arranqué el montón de papeles de las manos de Sofía y Lavender.
Estaban encabezados con las palabras «Investigación sobre Rebecca Paradise, de
Lavender H».

–Bueno –puse los brazos en jarras–, ¿se puede saber qué pasa?

Lavender, muy sofocada y sin apenas mirar quién era yo, trató de explicarse.

–Pasa que esta –de repente, su amiga Sofía era «esta»– lleva toda la semana
haciéndome investigar a la tal Rebecca Paradise.

–¿Investigar? –pregunté.

–Sí –aclaró Thomas–. Lavender investigaba en el colegio y yo rastreaba pistas
en su blog, porque Sofía quería escribir un gran reportaje de investigación para
este número.

–¡Eso es información confidencial! –protestó Sofía, pero Lavender continuó.

–¡Exacto! Y llevo toda la semana entrevistando a alumnos, fotografiando
pintaditas por los retretes y haciendo listas de sospechosos, y ahora Sofía dice de

repente que el reportaje es una tontería y que mejor nos pongamos con otra cosa.