Page 13 - Loor de Nuestra Señora
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Su corazón de tierras dolientes y riscosas
Comenzaba a inundarse de acequias luminosas
Pues ya por las profundas quebradas silenciosas
Bajaba una creciente de estrellas y de rosas.
Oh Choya, nuestro Líbano, según en su tratado
El buen Padre Orellana lo llama emocionado:
Oh Choya, magro y triste rincón santificado:
Allí Nuestra Señora buscó a su pueblo amado.
III
Aquí se dice cómo la historia de la Virgen
comienza de repente.
A mis tías Elena de Berrondo y Neófita de Barrionuevo
La historia de la Virgen comienza de repente;
Así todo prodigio se suele hacer presente:
La luz que nos alumbra fue repentinamente
Y así será la hora del Juicio, ciertamente.
Dios no tiene presente, futuro, ni pasado;
Dios es lo repentino eternamente dado.
Y como en cada cosa su autor es reflejado
Toda cosa comienza como Él las ha creado.
Mirad las maravillas que el día nos ofrece;
Comienzan de repente, o, al menos, nos parece:
Repentina es el alba, pues de pronto amanece
Y nadie ve el instante preciso en que aparece.
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