Page 41 - Loor de Nuestra Señora
P. 41
Tu devoción, oh fresco manantial interior;
Fuente reparadora, fortaleza de amor;
Refugio en que el vencido se torna vencedor;
Razón de la conquista que hizo el conquistador.
Razón de la Conquista, pues tú, Real Señora,
Fuiste en definitiva nuestra conquistadora;
Pues para tu alto imperio, que al cielo condecora,
No hubo raza vencida ni raza vencedora.
No hubo raza vencida porque en tu advocación
Halló el indio, lo mismo que el blanco, protección;
Porque, bajo el amparo de tu dominación
Todos tuvieron sitio para su salvación.
No hubo raza vencida porque bajo tu manto
- Símbolo, como el cielo, de tu dominio santo -
Igual abrigo hallaron, conforme a su quebranto,
Los unos y los otros para enjugar su llanto.
Y, como tu infinita voluntad de clemencia
Siempre en el Padre encuentra segura complacencia,
Para tus hijos indios habló la Providencia
Con esa voz tan clara que llaman evidencia:
Y he aquí que son indios esos niños que un día,
En una oscura gruta de cierta serranía,
Encuentran una Imagen que aún nadie conocía
Pero a la que ellos llaman Mama-Virgen María.
41 41