Page 36 - Loor de Nuestra Señora
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La misma que, teniendo celestial residencia,

                        A ruego de sus hijos, por obra de indulgencia,
                        Baja un día de la alta morada y su presencia,

                        En esta nuestra tierra tan pobre se aquerencia.

                        Y en nuestra tierra queda, y, bajo nuestro sol,

                        Su faz se va tiñendo lo mismo que el mistol.
                        Ah, celestial y criolla; la fe que es buen crisol

                        Funde en su nueva imagen lo indiano y lo español.




                        III

                        Donde se encomia el nombre lugareño

                        dado a Nuestra Señora



                                                                A Gustavo Eloy Ponferrada



                        A esta íntima presencia con que Santa María
                        En nuestra humilde tierra tomó ciudadanía,

                        Ángeles del idioma bautizaron un día
                        Con un nombre que es todo fragancia y poesía.


                        Para evocar tal nombre recuerde a cada paso
                        La oración con que el náufrago resurge del fracaso

                         (Aquella que rezábamos al alba y al ocaso,
                        Y que nos consolaba lo mismo que un regazo):


                        Dios te salve Reina y Madre de dulzura
                        Vida y misericordia (Madre de la ternura).

                        Y luego: A ti clamamos gimiendo en la amargura
                        De este valle de lágrimas que es nuestra desventura...






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