Page 10 - LIBRO 1-EDDY
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El proyecto anti Luchito
El caos que Luchito había causado en la escuela había
llegado a su punto máximo. Sus travesuras ya no eran
solo motivo de risas nerviosas o miradas sorprendidas;
se habían convertido en un problema serio para sus
compañeros, profesores y toda la comunidad
escolar. Era hora de tomar medidas drásticas, y la
misión no sería fácil. Se necesitaba algo más que
simples castigos; se requería una estrategia tan
ingeniosa como las bromas de Luchito. Así nació “El Plan
Lucha", un esfuerzo conjunto que involucraba a
profesionales, padres y maestros para restaurar el orden y, lo más importante, guiar a Luchito
hacia un mejor comportamiento. El objetivo no era deshacerse de Luchito, sino encontrar las
herramientas para transformarlo en un estudiante normal.
La psicóloga del colegio, con su habilidad para entender lo que no se dice, fue la primera en
actuar. Con una sonrisa tranquila pero decidida, y con libros llenos de teorías y una paciencia
infinita, asumió la tarea de descubrir qué estaba detrás del comportamiento travieso de
Luchito. No se trataba solo de corregir las bromas en la superficie, sino de entender qué lo
hacía ser el "pequeño monstruo" que todos conocían. Con un oído atento y una mirada
perspicaz, fue desentrañando las razones de su rebeldía. Por su parte, la valiente maestra,
quien por mucho tiempo trato de evitar el problema, decidió enfrentar al "huracán Luchito".
Aunque en sus pesadillas veía a Luchito bailar en su escritorio y cuadernos volando por los
aires, no se dejó intimidar. Armándose de valor, se comprometió a seguir enseñando en el
salón más temido del colegio, mostrando su disposición no solo a controlar, sino a inspirar.
Con astucia, mezcló clases con juegos y desafíos que capturaban la atención incluso del
maestro de las travesuras, logrando que, por primera vez, Luchito se sintiera intrigado por
algo que no fuera una broma.
Y luego estaba la señora Lucha, quien, después de muchos intentos fallidos de justificar el
comportamiento de su hijo, finalmente aceptó la realidad. Luchito no era el angelito
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