Page 511 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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llenos de una luz pura, que, aparentemente, asume el color de sus recipientes, pero
cuya naturaleza esencial permanece siempre igual e inalterable.
En la página siguiente vemos las diez sefirot que componen el cuerpo del Adán
prototípico, los números relacionados con ellas y las partes del universo a las que
corresponden.
No se puede dejar de destacar en todo momento que las sefirot y las propiedades
que se les atribuyen, al igual que la tetractys de los pitagóricos, no son más que
símbolos del sistema cósmico con su multitud de partes. El significado más estricto y
más completo de estos emblemas no se puede revelar por escrito ni de palabra, sino
que se debe descubrir como fruto del estudio y la meditación. Dice el Zohar que hay
una prenda —la doctrina escrita— que todos los hombres pueden ver. Los que tienen
entendimiento no ven la prenda, sino el cuerpo que hay debajo: el código intelectual y
filosófico. Sin embargo, los más sabios, los siervos del rey celestial, lo único que ven
es el alma —la doctrina espiritual—, la raíz eterna y en permanente crecimiento de la
ley. Éliphas Lévi también escribe acerca de esta gran verdad y declara que nadie puede
entrar en la Casa secreta de la Sabiduría, a menos que lleve puesta la voluminosa capa
de Apolonio de Tiana y, en la mano, la lámpara de Hermes. La capa representa las
cualidades de serenidad e independencia que deben envolver a la persona que busca
la verdad como un manto de fuerza, mientras que la lámpara siempre encendida del
sabio representa la mente iluminada y el intelecto perfectamente equilibrado, sin los
cuales jamás se puede resolver el misterio de los siglos.
A veces se representa el árbol sefirótico como un cuerpo humano, con lo cual se
establece de forma más definida la verdadera identidad del primer hombre, u hombre