Page 516 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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esquemáticamente como compuesta por Jojmá (el Padre), Biná (la Madre o Espíritu

  Santo) y Daath, la Palabra mediante la cual se crearon los mundos. Isaac Myer reduce
  la importancia de Daath, al afirmar que se trata de un subterfugio para ocultar el hecho

  de que Kéter, en lugar de Jojmá, es el verdadero Padre de la tríada creadora, pero no

  hace ningún esfuerzo por ofrecer una explicación satisfactoria del simbolismo de esta

  sefira hipotética.
       Según la noción original, de la unión del Padre Divino y la Madre Divina surge

  Microprosopo,  la  Faz  Menor  o  cara  pequeña,  que  se  establece  en  el  mundo  de

  Yetzirah, o de la formación, y corresponde a la letra w, o V, del Gran Nombre. Los seis

  poderes de Microprosopo surgen de su propia fuente, que es Biná, la madre del Adán
  inferior, y están contenidos en ella; constituyen las esferas de los planetas sagrados; su

  nombre es Elohim, y se mueven sobre la cara de las profundidades. La décima sefira

  —Maljut, el reino— se describe como la esposa del Adán inferior, creada espalda con
  espalda con su señor, y a ella se atribuye la última h, o H, la última letra del Nombre

  Sagrado.  La  morada  de  Maljut  queda  en  el  cuarto  mundo  —Assiah—  y  está

  compuesta por todos los poderes superiores reflejados en los elementos de la esfera
  terrestre. Por consiguiente, veremos que el árbol cabalístico se extiende a lo largo de

  cuatro mundos, con sus ramas en la materia y sus raíces en el antiguo de los antiguos:

  Macroprosopo.

       Tres  columnas  verticales  sostienen  el  sistema  universal  que  representa  el  árbol
  sefirótico.  El  pilar  del  centro  tiene  su  fundamento  en  Kéter,  el  eterno;  desciende  a

  través de la sefira hipotética, Daath, y a continuación a través de Tiféret y Yesod, y su

  extremo inferior descansa sobre la base firme de Maljut, el último de los globos. La

  verdadera importancia del pilar central es el equilibrio. Demuestra que la divinidad
  siempre se manifiesta emanando polos de expresión desde el medio de sí misma, pero

  manteniéndose al margen de la ilusión de polaridad. Si sumamos los números de las

  cuatro sefirot conectadas por esta columna (1 + 6 + 9 + 10), la suma es 26, el número

  de Jehová.     [133]
       La columna de la derecha, llamada Jachin, tiene su base en Jojmá, la sabiduría que

  mana  de  Dios;  los  tres  globos  suspendidos  de  ella  son  potencias  masculinas.  La

  columna  de  la  izquierda  se  llama  Boaz.  Los  tres  globos  que  lleva  son  potencias

  femeninas y receptivas, porque se basa en el entendimiento, una potencia receptiva y
  maternal. Obsérvese que la sabiduría se considera radiante o efusiva, mientras que el

  entendimiento es receptivo, o algo que se llena cuando la sabiduría fluye. Al final, los

  tres  pilares  se  unen  en  Maljut,  en  el  cual  se  manifiestan  todos  los  poderes  de  los
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