Page 517 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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mundos superiores.

       Los  cuatro  globos  de  la  columna  central  revelan  la  función  de  la  capacidad
  creativa en los distintos mundos. En el primero, el poder creativo es la Voluntad, la

  única  causa  divina;  en  el  segundo,  el  Daath  hipotético,  la  Palabra  procedente  del

  pensamiento  divino;  en  el  tercero,  Tiféret,  el  Sol,  o  punto  focal  entre  Dios  y  la

  naturaleza;  en  el  cuarto  es  doble:  son  el  polo  positivo  y  el  negativo  del  aparato
  reproductor, del cual Yesod es el masculino y Maljut, el femenino.

       En  el  árbol  sefirótico  de  Kircher,  habría  que  destacar  en  particular  que  los

  ornamentos  del  Tabernáculo  aparecen  en  las  distintas  partes  del  diagrama,  lo  que

  indica una relación directa entre la Casa sagrada de Dios y el universo, una relación
  que siempre se debe considerar que existe entre la divinidad mediante cuya actividad

  se produce el mundo y el mundo en sí, que tiene que ser la casa o el vehículo de dicha

  divinidad.  Si  el  mundo  científico  moderno  pudiera  percibir  siquiera  la  verdadera
  profundidad de estas deducciones filosóficas de los antiguos, se daría cuenta de que

  quienes idearon la estructura de la Cábala poseían un conocimiento del plan celestial

  comparable en todos los aspectos al de los sabios actuales.
       El Tetragrámmaton, o el nombre de Dios de cuatro letras, escrito de esta manera, h

  w h y, se pronuncia Jehová. La primera letra es h y, la yod, el germen, la vida, la llama,

  la  causa,  el  uno  y  el  más  fundamental  de  los  emblemas  fálicos  judíos.  Su  valor

  numérico es 10 y se tiene que considerar el 1 contenido en el 10. En la Cábala se dice
  que,  en  realidad,  la  yod  son  tres  yods,  de  las  cuales  la  primera  es  el  principio,  la

  segunda es el centro y la tercera es el final. Su trono es la sefira Jojmá (según Ibn

  Gebirol, es Kéter), desde la cual avanza para impregnar a Biná, que es la primera h hé.

  El resultado de esta unión es Tiféret, que es la w vau, cuyo poder es 6 y que simboliza
  los seis miembros del Adán inferior. La última h hé, es Maljut, la Madre inferior, que

  participa en parte de las potencias de la Madre Divina, la primera hé. Si ponemos las

  cuatro letras del Tetragrámmaton en una columna vertical, se obtiene una figura muy
  parecida al cuerpo humano, en la cual la yod hace las veces de la cabeza, la primera hé

  son los brazos y los hombros, la vau es el tronco del cuerpo y la última hé son las

  caderas y las piernas. Si sustituimos las letras hebreas por sus equivalentes en inglés,

  no  se  observan  cambios  sustanciales  en  la  forma  ni  cambia  la  analogía.  También
  resulta  sumamente  significativo  que,  si  insertamos  la  letra  c  shin,  en  medio  del

  nombre de Jehová, se forma la palabra Jehoshua, o Jesús, de esta forma:
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