Page 521 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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y  las  ciencias  de  los  planos  que  están  bajo  los  cielos—  se  denomina

       Mercavah.  En  el  Zohar  está  escrito  que  el  trono  celestial  de  la  visión  de
       Ezequiel representa la ley tradicional; la aparición de un hombre sentado en

       el  trono  representa  la  ley  escrita.  Filón  de  Alejandría,  al  describir  a  los

       querubines que están encima del Arca de la Alianza, dice que las figuras son

       un  indicio  de  las  revoluciones  de  todos  los  cielos:  Uno  de  los  querubines
       representa  la  circunferencia  exterior  y  el  otro,  la  esfera  interior  y,  al

       enfrentarse, representan los dos hemisferios de la tierra. La espada flamígera

       de los querubines del Génesis es el movimiento y la agitación central de los

       cuerpos celestes. Con toda probabilidad, representa también el rayo solar.







  El  Antiguo  Testamento  —en  especial  el  Pentateuco—  contiene  no  solo  la  versión

  tradicional de la creación del mundo y del hombre, sino también, encerrados en su
  interior, los secretos de los iniciadores egipcios de Moisés con respecto a la génesis del

  hombre  Dios  (el  iniciado)  y  el  misterio  de  su  resurrección  mediante  la  filosofía.

  Aunque se sabe que el Legislador de Israel compiló varias obras, además de las que se
  le suelen atribuir, los escritos que circulan en la actualidad como los supuestos libros

  sexto y séptimo de Moisés en realidad son tratados espurios sobre magia negra que les

  colaron a los crédulos durante la Edad Media. Resulta casi inconcebible que, de los
  cientos de millones de estudiosos serios y piadosos de las Sagradas Escrituras, apenas

  un puñado haya captado lo sublime de las enseñanzas esotéricas de Sod (los misterios

  judíos  de  Adonai).  Sin  embargo,  el  conocimiento  de  los  tres  procesos  cabalísticos

  denominados gematría, notaricón y temurá permite descubrir muchas de las verdades
  más profundas de la antigua superfísica judía.

       Se  entiende  por  gematría  no  solo  el  intercambio  de  letras  por  sus  equivalentes

  numéricos, sino también el método que permite determinar, mediante el análisis de sus

  medidas, la finalidad mística por la cual ha sido construido un edificio u otro objeto.
  S.  L.  MacGregor-Mathers,  en  La Qabalah desvelada,  da  el  siguiente  ejemplo  de  la

  aplicación de la gematría: «Así también el pasaje del Génesis 18, 2, VHNH SHLSHH,

  Vehenna Shalisha, “he aquí que había tres individuos”, tiene el mismo valor numérico
  que ALV  MIKAL  GBRIAL  VRPAL, Elo Mikhael Gabriel Ve-Raphael. “Estos son Miguel,

  Gabriel y Rafael”, por cada frase = 701». Suponiendo que los lados de un escaleno

  midan  11,  9  y  6  pulgadas  (27,94,  22,86  y  15,24  centímetros,  respectivamente),  un

  triángulo de tales dimensiones sería, pues, un símbolo adecuado de Jehová, porque la
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