Page 522 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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suma de sus tres lados sería 26, el valor numérico de la palabra hebrea IHVH. La
gematría incluye también el sistema para descubrir el significado arcano de una
palabra mediante el análisis del tamaño y el orden de los trazos utilizados para formar
las distintas letras que la componen: además de los judíos, también la utilizaban los
griegos. Los libros del Nuevo Testamento —en particular los atribuidos a san Juan—
contienen numerosos ejemplos de su uso. Según Nicéforo Calixto, el Evangelio según
san Juan fue descubierto en una cueva bajo el templo de Jerusalén, donde el volumen
había sido escondido «mucho antes de la era cristiana». La existencia de material
interpolado en el cuarto evangelio corrobora la creencia de que la obra fue escrita en
un principio sin ninguna referencia específica al hombre llamado Jesús y las
afirmaciones que allí se atribuyen a Él eran, originariamente, las disertaciones místicas
de la personificación de la Mente Universal. Los demás escritos de san Juan —las
epístolas y el Apocalipsis— están envueltos en un velo de misterio similar.
Mediante el notaricón, cada letra de una palabra se puede convertir en el primer
carácter de una palabra nueva. Por ejemplo, a partir de la palabra BRASHITH, la
primera palabra del libro del Génesis, se extraen seis palabras que significan que «en
el comienzo el Elohim vio que Israel aceptaría la ley». MacGregor-Mathers también da
seis ejemplos más de notaricón, formados a partir de la palabra anterior por Solomon
Meir Ben Mosca un cabalista medieval. Del famoso acróstico atribuido a la sibila
eritrea, san Agustín derivó la palabra ΙΧΘΥΣ que, mediante el notaricón, se expandió
hasta formar la frase siguiente: «Jesucristo, hijo de Dios, Salvador». Mediante otro uso
del notaricón, que consiste en hacer exactamente lo contrario que con el anterior, la
primera letra, la última o la del medio de las palabras de una oración se unían para
formar una o más palabras nuevas. Por ejemplo, se puede extraer la palabra «amén»,
άμήν de w f a n d l m y n d a, «el Señor es el rey fiel». Como estos recursos crípticos
se incorporaban a sus escrituras sagradas, los sacerdotes antiguos recomendaban a sus
discípulos que jamás tradujeran, corrigieran ni reescribieran el contenido de los Libros
sagrados.
Bajo el nombre general de temurá se agrupan y se explican distintos sistemas que
consisten en sustituir varias letras por otras, según unas tablas preestablecidas o
determinadas disposiciones matemáticas de las letras, regulares o irregulares. Por
ejemplo, se dividía el alfabeto en dos partes iguales y se escribía en líneas
horizontales, de modo que las letras de la fila inferior se pudieran cambiar por las de
la fila superior o viceversa. Mediante este procedimiento, se pueden usar las letras de
la palabra kuzu en lugar de las de IHVH, el Tetragrámmaton. En otra forma de temurá,
simplemente se reordenan las letras. h y t c es la piedra que se encuentra en el centro