Page 524 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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particular, si el cristianismo se ve obligado a usar las escrituras judías, ¡como mínimo

  debería tratar de hacerlo con un poco de inteligencia!
       En el capítulo inicial del Génesis se dice que, después de crear la luz y separarla de

  la oscuridad, los siete Elohim dividieron las aguas que estaban debajo del firmamento

  de  las  que  estaban  por  encima  del  firmamento  y  que,  después  de  establecer  así  el

  universo  inferior,  perfectamente  de  acuerdo  con  las  enseñanzas  esotéricas  de  los
  Misterios hindúes, egipcios y griegos, a continuación los Elohim se concentraron en

  producir la flora y la fauna y, por último, el ser humano. «Y dijo Dios: “Hagamos el

  ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra. […]”. Creó, pues, Dios al ser

  humano  a  imagen  suya,  a  imagen  de  Dios  lo  creó,  macho  y  hembra  los  creó.  Y
  bendíjolos  Dios  y  díjoles  Dios:  “Sed  fecundos  y  multiplicaos  y  henchid  la  tierra

  […]”».

       Reflexionemos en silencio sobre el asombroso uso que se hace de los pronombres
  en este extracto del «ejemplo más perfecto de literatura inglesa». Cuando la palabra

  hebrea  plural  y  andrógina  Elohim  se  traducía  por  la  palabra  singular  y  asexuada

  «Dios»,  los  primeros  capítulos  del  Génesis  casi  no  tenían  sentido.  Posiblemente,  se
  temía  que,  de  haberse  traducido  correctamente  la  palabra  como  «el  ente  creador

  masculino y el femenino», ¡se habría acusado a los cristianos —con razón— de adorar

  a una pluralidad de dioses, después de haber insistido tanto con el monoteísmo! Sin

  embargo, la forma plural del verbo «hagamos» y del pronombre «nuestra» revela, sin
  lugar  a  dudas,  el  carácter  panteísta  de  la  divinidad.  Asimismo,  la  constitución

  andrógina del Elohim (Dios) se revela en el versículo siguiente, donde se dice que Él

  (Dios) creó al ser humano a su imagen y semejanza, masculino y femenino, o, mejor

  dicho,  como  todavía  no  se  habían  separado  los  sexos  masculino-femenino,  lo  cual
  asesta un golpe mortal al concepto tradicional de que Dios es una potencia masculina,

  como lo representa Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina. A continuación, los

  Elohim ordenan a aquellos seres andróginos que sean fecundos ¡Obsérvese que ni el
  principio  masculino  ni  el  femenino  existían  todavía  por  separado!  Por  último,

  reparemos en que, en inglés, se usa el verbo replenish (que significa «llenar», pero

  sobre todo «volver a llenar»), cuyo prefijo re indica «volver a un estado o posición

  anterior  u  original»  o  «repetición  o  restauración».               [139]   Esta  referencia  decisiva  a  la

  existencia de la humanidad con anterioridad a la «creación del hombre» descrita en el
  Génesis  debe  resultar  evidente  incluso  para  quien  eche  una  ojeada  superficial  a  las

  Escrituras.

       Si  revisamos  los  diccionarios,  enciclopedias  y  comentarios  de  la  Biblia,
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