Page 528 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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microcosmos, el demiurgo estableció todas las cualidades y los poderes que Él mismo
poseía. Sin embargo, el demiurgo no poseía la inmortalidad y, por consiguiente, no
podía otorgársela a Adán. Según la leyenda, el demiurgo se esforzó para que el
hombre no supiera que su Hacedor estaba incompleto. En consecuencia, el hombre
adánico era partícipe de las cualidades y las características de los ángeles, que eran los
ministros del demiurgo. Los cristianos gnósticos afirmaban que la redención de la
humanidad estaba asegurada a través de la descendencia de la nous (la mente
universal), que era un gran ser espiritual superior al demiurgo y que, al entrar en la
constitución del hombre, otorgaba la inmortalidad consciente a lo que hacía el
demiurgo.
Que el simbolismo fálico ocupa un lugar destacado en los comienzos del
misticismo judío es incuestionable. Hargrave Jennings ve en la figura de Adán un
ejemplo del lingam de Shiva, que era un símbolo pétreo del poder creador del
generador del mundo. «En las obras de Gregorie […] —escribe Jennings— hay un
pasaje que dice que “Noé rezaba todos los días en el arca delante del cuerpo de Adán”,
es decir, delante del falo; Adán era el falo primitivo, el gran procreador de la raza
humana. “Posiblemente parezca extraño —dice— que todos los días se diga aquella
oración delante del cuerpo de Adán”, pero “es una tradición reconocida entre los
orientales que Dios ordenó a Adán que conservara su cadáver sobre tierra hasta que
llegara el momento en que un sacerdote del Altísimo Dios lo sepultara uwalakkgp en
el medio de la tierra”. Con esto se refiere al monte Moria, el Meru de India. “Este
cuerpo de Adán fue embalsamado y transmitido de padres a hijos, hasta que
finalmente fue entregado por Lamec en las manos de Noé”». [143]
Esta interpretación aclara en cierto modo la afirmación cabalística de que en el
primer Adán estaban incluidas todas las almas de los israelitas. [144] Aunque según la
Legenda aurea Adán fue enterrado con las tres semillas del árbol del Conocimiento
en la boca, conviene tener en cuenta que a menudo se tejían mitos aparentemente
contradictorios en torno a una misma persona. Uno de los misterios profundos del
cabalismo es el que se plantea en el notaricón basado en las letras del nombre de Adán
(ADM). Estas tres letras forman las iniciales de los nombres Adán, David y el Mesías y
se dice que estas tres personalidades contenían una sola alma. Como esta alma
representa el alma mundial de la humanidad, Adán significa el alma que envuelve; el
Mesías, el alma que evoluciona, y David, la condición del alma llamada epigénesis.