Page 540 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 540

Muchos de los símbolos que aparecen en las cartas del Tarot tienen un claro interés
  masónico. El numerólogo pitagórico también dirá que existe una relación importante

  entre los números de las cartas y los dibujos que acompañan a los números. Llamará

  de  inmediato  la  atención  del  cabalista  el  orden  significativo  de  las  cartas  y  para  el
  alquimista ciertos emblemas no tendrán sentido, salvo para alguien muy versado en la

  química divina de la transmutación y la regeneración. Así como los griegos ponían las

  letras de su alfabeto —con los números correspondientes— sobre las diversas partes
  del cuerpo de su logos, representado con forma humana, las cartas del Tarot presentan

  una analogía no solo con las partes y los miembros del universo, sino también con las

  divisiones  del  cuerpo  humano.  En  realidad,  constituyen  la  clave  de  la  constitución

  mágica del hombre.
       Las  cartas  del  Tarot  se  deben  considerar  1)  como  jeroglíficos  independientes  y

  completos, cada uno de los cuales representa un principio, ley, poder o elemento de la

  naturaleza  diferente;  2)  en  relación  las  unas  con  las  otras,  como  un  agente  que

  repercute  en  otro,  y  3)  como  vocales  y  consonantes  de  un  alfabeto  filosófico.  Las
  leyes  que  rigen  todos  los  fenómenos  se  representan  mediante  los  símbolos  que

  aparecen  en  las  cartas  del  Tarot,  cuyos  valores  numéricos  son  iguales  a  los

  equivalentes numéricos de los fenómenos. Así como cada estructura está compuesta
  por ciertas partes elementales, las cartas del Tarot representan los componentes de la

  estructura de la filosofía. Sea cual fuere la ciencia o la filosofía con la cual trabaje el

  estudioso,  las  cartas  del  Tarot  se  pueden  identificar  con  los  componentes
  fundamentales de su materia y, de este modo, cada cana se relaciona con una parte

  específica, según las leyes matemáticas y filosóficas. «Una persona que estuviera en la

  cárcel —escribe Éliphas Lévi— y no tuviera más libro que el Tarot, si supiera usarlo,

  podría,  en  unos  cuantos  años,  adquirir  el  conocimiento  universal  y  sería  capaz  de
  hablar  sobre  todas  las  cuestiones  con  un  conocimiento  sin  igual  y  una  elocuencia

  inagotable.»     [150]

       Las diversas opiniones de expertos destacados sobre el simbolismo del Tarot son

  bastante  irreconciliables.  Las  conclusiones  del  docto  Court  de  Gébelin  y  del
  estrafalario  Grand  Etteila  —las  primeras  autoridades  en  la  materia—  no  solo  están

  totalmente  en  desacuerdo  con  las  de  Lévi,  sino  que  este  desacredita  a  los  dos  por

  igual; la disposición de los arcanos del Tarot según Lévi fue rechazada a su vez por

  Arthur Edward Waite y Paúl Case, que la consideraban un intento de confundir a los
  estudiosos.  Para  los  «tarotistas  reformados»,  los  seguidores  de  Lévi  —sobre  todo
   535   536   537   538   539   540   541   542   543   544   545