Page 541 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Papus,  Christian,  Westcott  y  Schuré—  eran  personas  sinceras,  pero  ignorantes,  que

  deambulaban en la oscuridad porque les faltaba la nueva baraja de cartas del Tarot de
  Pamela Coleman Smith, revisada por Waite.

       La mayoría de los que escriben acerca del Tarot —Waite constituye una excepción

  destacada— parten de la hipótesis de que los veintidós arcanos mayores representan

  las letras del alfabeto hebreo. Esta suposición no se basa en nada más sustancial que la
  coincidencia de que los dos son veintidós. Que Postel, Saint-Martin y Lévi escribieran

  sendos libros divididos en partes correspondientes a los Tarots mayores constituye un

  detalle  interesante  sobre  el  tema.  Las  cartas  de  los  arcanos  mayores  representan

  episodios  del  Libro  de  la  Revelación  y  el  Apocalipsis  de  san  Juan  también  está
  dividido  en  veintidós  capítulos.  Suponiendo  que  la  Cábala  contiene  la  solución  al

  enigma  del  Tarot,  los  buscadores  a  menudo  han  pasado  por  alto  otras  líneas  de

  investigación posibles. Sin embargo, la tarea de averiguar la verdadera relación entre
  los arcanos del Tarot, las letras del alfabeto hebreo y los caminos de la sabiduría no ha

  tenido, hasta ahora, demasiado éxito. No se pueden sincronizar los arcanos mayores

  del  Tarot  con  las  veintidós  letras  del  alfabeto  hebreo  sin  determinar  antes  el  lugar
  correcto  de  la  carta  sin  numerar,  o  cero:  le  Mat,  el  Loco.  Lévi  la  coloca  entre  la

  vigésima y la vigésima primera y la asigna a la letra hebrea shin (c). Papus, Christian

  y  Waite  siguen  el  mismo  orden,  aunque  este  último  declara  que  tal  distribución  es

  incorrecta.  Según  Westcott,  la  carta  cero  es  la  vigésima  segunda  de  los  arcanos
  mayores del Tarot. Por otra parte, tanto Court de Gébelin como Paul Case sitúan la

  carta sin numerar antes de la primera carta numerada de los arcanos mayores, porque,

  si se sigue el orden natural de los números (tanto según el sistema pitagórico como el

  cabalístico), la carta cero tiene que ir, naturalmente, antes que la número uno.
       Sin  embargo,  esto  no  resuelve  el  problema,  porque  los  intentos  de  asignar  una

  letra  hebrea  a  cada  arcano  del  Tarot  producen  un  efecto  que  dista  mucho  de  ser

  convincente.  Waite,  que  hizo  una  nueva  versión  del  Tarot,  se  expresa  con  las
  siguientes palabras: «No se me debe incluir entre los que están satisfechos con que

  haya una correspondencia válida entre las letras hebreas y los símbolos de los arcanos

  del Tarot».    [151]  La explicación real puede ser que los arcanos mayores del Tarot ya no

  están en el mismo orden que cuando formaban las hojas del libro sagrado de Hermes,

  porque los egipcios, o incluso sus sucesores árabes, podrían haber mezclado las cartas
  a propósito para preservar mejor sus secretos. Case ha desarrollado un sistema que, a

  pesar de ser superior a la mayoría, depende en gran medida de dos puntos discutibles;

  a saber: la precisión del Tarot revisado de Waite y la justificación de asignar la primera
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